OPINIóN
Actualizado 08/08/2023 07:53:40
Fermín González

"El trabajo en equipo, es la capacidad de trabajar juntos hacia una visión común. La capacidad de dirigir los logros individuales hacia los objetivos de la organización. Es el combustible que permite que la gente normal logre resultados poco comunes" (Andrew Carnigie)

Los últimos datos de la NASA no dejan lugar a dudas: el calentamiento global está adquiriendo velocidades sin precedentes. Vamos camino de incumplir, mucho antes de lo previsto, el límite de 2ºC de calentamiento global respecto niveles preindustriales acordado el pasado diciembre. El modelo energético y el cambio climático son causa y consecuencia, dos temas inseparables, que el sector energético es responsable del 68% de las emisiones de gases de efecto invernadero. Así pues, el reto de descarbonizar la economía en 40 años supone un cambio de paradigma en el modelo energético. ¿Es posible un mundo sin combustibles fósiles?.

Para hacernos una idea de la magnitud del desafío, un estudio de Deloitte pronostica que, si España quiere cumplir el Acuerdo de París, en 2030 deberíamos haber instalado el equivalente a 140 millones de paneles solares en energías renovables. En 14 años también deberíamos estar matriculando alrededor de 750.000 coches de 0 emisiones anualmente, lo que dejaría las ventas de vehículos convencionales a cantidades residuales.

Es evidente que nos encontramos delante de una verdadera y urgente revolución energética. Los cambios en el modelo de producción y consumo son tan inminentes como necesarios. La tecnología, aunque de vital centralidad, no será el único motor del cambio. La política y la geoestratégica también jugarán un papel clave al ser la energía el sector estratégico por excelencia.

El primer paso para la transformación energética es eliminar los subsidios a los combustibles fósiles y traducirlos en ventajas fiscales para las renovables. En ese sentido el cambio de las políticas energéticas internacionales va a marcar las próximas décadas. La transición va a necesitar de liderazgos políticos altamente comprometidos en un tablero de juego donde los países del Golfo Pérsico querrán bloquear cualquier esfuerzo internacional para dejar atrás su modelo productivo. A priori, la caída del precio del petróleo debería frenar la implementación de las nuevas tecnologías renovables. Sin embargo, los datos publicados por Bloomberg en 2016 auguran lo contrario: las renovables ya llevan más de tres años superando a las fósiles en nueva capacidad instalada. Aunque el precio del petróleo baje, la energía fotovoltaica y sobre todo la eólica ya han alcanzado la llamada paridad de red –su precio es competitivo con las fuentes convencionales de electricidad– y van a seguir reduciendo su precio vertiginosamente. Por si fuera poco, este impresionante aumento del rendimiento de las renovables ha sido con muy poco apoyo político y fiscal. Solo imagina cuánto podríamos hacer si los subsidios a las energías fósiles se pasaran a las renovables.

La sociedad, la economía y la política están cada vez más determinadas al cambio de modelo. Pero la construcción de una sociedad cero-carbono conlleva importantes desafíos tecnológicos que deben encontrar solución. La pregunta del millón, ¿cuál de las posibles soluciones dominará el futuro modelo energético? Pues no hay respuesta cierta. Lo más probable, y lo más lógico, es que tendrán que coexistir y complementarse. Como nos enseña la Naturaleza, no hay mejor valor que la diversidad. La diversificación en la revolución energética es clave para su estabilidad. En el futuro vamos a ver cómo mientras la electrificación de la sociedad avanza, también lo hace el desarrollo de los combustibles renovables. Las dos aproximaciones no son excluyentes, por separado seguramente no darían respuesta a los nuevos retos del sistema energético.

¿Qué puedo hacer yo? La revolución energética es a nivel global, comunitario y personal. Todos somos necesarios y todos podemos hacer mucho para cambiar el modelo. Como tantas cosas en la vida. Sé crítico con tus opciones de consumo. Toma las pequeñas y grandes decisiones teniendo en cuenta el modelo energético que quieres para tu futuro y el de los demás. Evita gasto superfluo, agua, luz, muévete en bici o en transporte público cero-emisiones. Consume productos locales, reduce el consumo de carne y ahorra en la aclimatación del hogar, todos sabemos de sobra como se debe actuar. Otra cosa es querer…digo yo.

Fermín González, salamancartvaldia.es, blog taurinerías

Fuente: http://www.unitedexplanations.org -

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