Los componentes de la compañia, Raquel García Sevillano y Eduardo Joaquín, realizaron una magnífica interpretación en los distintos personajes que realizaron, como así reconoció el público
La compañía Unión Teatro, formada por los actores vitigudinenses Raquel García Sevillano y Eduardo Joaquín, cosecharon ayer en Monleras un nuevo éxito con la representación de Tierra roja, adaptación a microteatro de la obra de Lorca Bodas de sangre. Esta representación se enmarcaba en el desarrollo del XXVIII Festival de Teatro y Artes Escénicas que se desarrolla en Monleras desde el pasado 7 de julio y en el que se incluyen 13 espectáculos hasta el 26 de agosto.
Los componentes de Unión Teatro realizaron una magnífica interpretación en los distintos personajes que realizaron, como así reconoció el público con sus aplausos y posteriormente en el breve coloquio que se desarrolló al finalizar la obra de unos 30 minutos de duración.
Ambos actores escenifican los principales protagonistas de Bodas de sangre, la madre de la novia, aquí novio, la luna y el novio, además de la voz en off de Leonardo. Otro cambio es el negro lorquiano de los personajes por el blanco, jugando además con la luminotecnia de Jorge Montes para ambientar en el escenario, con los colores rojo y ámbar, y caracterizar cada una de las escenas de que consta la dramatización del montaje.
Como explicaba Raquel García Sevillano durante el breve coloquio, Tierra roja es una adaptación a microteatro de la obra Bodas de sangre, pero a la que “le damos una vuelta y en lugar de ser novia es novio, aunque también tiene por amante a Leonardo”. Este cambio en uno de los personajes principales de la obra de Federico García Lorca es el principal argumento sobre el que se estriba el mensaje que Unión Teatro pretende trasladar al público y que no es otro que denunciar prejuicios aún muy presentes en el medio rural como son “la homofobia; los amores prohibidos, que siguen existiendo; y el qué dirán, el cual pesa mucho más que la felicidad de la gente”, señalaba Raquel García Sevillano, porque aún “hay gente que mata y siguen matándose por no poder alcanzar la felicidad al lado de la persona amada”; un montaje que, como lamentaba la actriz y directora, dados los tiempos que corren, fácilmente no pueda ir a todos los sitios que sus creadores pretenden.
Por su parte, Eduardo Joaquín señalaba sobre Tierra roja que “aunque no conozcan Bodas de sangre, se pueda entender”, y lamentaba que 90 años después del estreno de la obra del poeta granadino, “a día de hoy es fuerte que podamos seguir contándola con sentido, lo que demuestra que no se han superado muchas de las cosas que denunciaba Lorca”.