OPINIóN
Actualizado 27/07/2023 08:18:47
Manuel Rodríguez Fraile

Tenemos un hambre en la mente que solicita el conocimiento de todo lo que nos rodea, y cuanto más conocemos, más es nuestro deseo y cuanto más vemos, más somos capaces de ver. Son palabras de nuestra precoz protagonista de hoy.

María Mitchell (1818-1889), nació en agosto de 1818 en la isla de Nantucket[1], situada a unos 50 km de la costa de Massachusetts en los Estados Unidos, y en el seno de una comunidad cuáquera[2], comunidad en la que se cree firmemente en la igualdad educativa entre hombres y mujeres, ventaja que permitió a María ser astrónoma, bibliotecaria, naturalista y educadora.

Desde muy niña mostró gran interés por las matemáticas y la astronomía. Con apenas 12 años ya ayudaba a su padre a calcular el momento exacto de los eclipses solares, con 14 los numerosos barcos balleneros de la isla le encargaban graduar los instrumentos de navegación y calcular las rutas mas seguras. A los 16 ya era ayudante de profesor y un año después inauguró su propia escuela a la que acudían tanto niños como niñas, tanto blancos como nativos, ignorando cualquier tipo de segregación racial o de género.

Tres años más tarde dejó el cargo para convertirse en la primera biblioteca de la isla, puesto que ocupó durante 20años, aunque continuó ayudando a su padre en el observatorio astronómico que este había montado en su propia casa con un telescopio de latón.

En octubre de 1847, Mitchell tenía 29 años, observó al mirar por su telescopio un objeto desconocido en un área celeste donde anteriormente no se había avistado ninguna actividad. Dicho objeto resultó ser un cometa y publicó su descubrimiento en el periódico el Diario de Silliman. Al mes siguiente presentó su cálculo de la órbita del cometa por lo que fue galardonada en la Convención de Seneca Falls[3]. Posteriormente recibió una medalla de oro por su descubrimiento de manos del Christian VIII, rey de Dinamarca. En su honor el cometa fue bautizado con el nombre de "Cometa de la señorita Mitchell" (Miss Mitchell’s Comet).

Fue la primera mujer conocida internacionalmente como astrónoma profesional y, aunque carecía de titulación universitaria, fue nombrada en 1865, con 47 años, profesora de astronomía en el Vassar College, llegando a ser la primera mujer directora del Observatorio de dicha Universidad durante 20 años. También fue la primera elegida para formar parte de la Academia Estadounidense de Artes y Ciencias y así como de la Asociación Estadounidense para el Avance de la Ciencia.

Como oportunamente señalo, citando a Stendhal, Audrey Azoulay, Directora de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO): La plena igualdad de las mujeres sería la señal más segura de que hemos alcanzado la civilización plena y duplicaría las fuerzas intelectuales del género humano.

Durante toda su vida se involucró activamente en temas sociales, particularmente en los que tenía relación con el derecho al sufragio femenino y la educación de las mujeres. Sus métodos de enseñanza siempre fuero poco convencionales: no informaba de las calificaciones a sus alumnos, ni de sus ausencias a la Dirección; defendió que la cantidad de alumnos que asistían a sus clases fuera reducida y del derecho de estos a una atención individualizada; además en sus lecciones incorporó la tecnología y las matemáticas.

Su brillante historial, como científica y defensora de los derechos de las mujeres, se vio difuminado entre eminentes científicos varones del siglo XX como Albert Einstein con su Teoría General de la Relatividad, el físico ucraniano George Gamow que enunció por primera vez la teoría del Big Bang o Edwin Hubble que demostró en 1929 la expansión del universo; a los que sin duda las aportaciones de María Mitchell les resultaron muy útiles.

Una esfera se compone no de uno, sino de un número infinito de círculos; Las mujeres tienen diversos dones, y decir que la esfera de las mujeres es el círculo familiar es un absurdo matemático, dijo en su discurso de nombramiento como miembro de la Academia de Estadounidense de las Artes y la Ciencias.

Murió el 28 de junio de 1889 a la edad de 70 años de una enfermedad cerebral. El reconocimiento de su figura como científica no ha sido suficientemente reconocido.

[1] Capital en aquella época de la industria ballenera.
[2] Los cuáqueros o Iglesia de los Amigos, es una escisión de origen cristiano protestante, fundada en Inglaterra por George Fox (1624-1691). ‘Quakers’ se puede traducir al castellano por «tembladores en el nombre de Dios cuando son movidos por el Espíritu Santo.
[3] La Convención de Seneca Falls fue la primera convención de derechos de la mujer en los Estados Unidos. Celebrada en julio de 1848 en Nueva York, la reunión lanzó el movimiento por el sufragio femenino

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