Si tu alumno te dice: Profe, no estoy bien. Por supuesto que lo primero que haces es indagar donde reside el mal
Esta palabra suena cada vez con mayor frecuencia en los centros educativos y a edades más tempranas. Que esa frase se exprese… es la oportunidad a la esperanza, el momento para ofrecer ayuda y de esta forma intentar reducir el dolor.
¿Pero cuándo el dolor es emocional los profesores están preparados para solucionar el problema? Creo que es demasiado complicado para llegar a buen puerto y siempre quedará la duda si lo hemos hecho bien o fallamos por desconocimiento en la materia.
Tras su angustia se ocultan: autolisis, intentos o pensamientos de quitarse la vida, soledad, situaciones de acoso, trastornos de conducta alimentaria y en mayor o menor grado, depresión, unido a una autoexigencia y baja autoestima. Y por supuesto agravado por el inadecuado uso de las RRSS que provoca un fuerte impacto en la salud mental.
Antes de la maldita pandemia ya empezamos a ver situaciones de alto riesgo y después de 2020... Aumento de casos de ansiedad, depresión, tristeza… enfermedades que se ocultaban bajo un manto nebuloso.
En el año 2022, 85 menores de 20 años se quitaron la vida, tenían entre 10 y 14 años y de estos, 12 entre 15 y 19, en total veinte más que en el 2021. Son vidas rotas, muertes imprevisibles que dejan desolación, dolor e impotencia a su alrededor. Y siempre la machacona duda, ¿pudimos evitarlo?
Hay ciertas expresiones verbales y no verbales que ayudan a detectar que nuestro alumno o hijo piensa en morir: desesperanza, culpa, odio, sentirse un estorbo… La mal usada frase: “no sirves para nada” le va a acompañar el resto de su vida. Referirse a que la muerte es la solución, cerrar sus cuentas, el RR, despedidas… Cambios repentinos de humor: irritabilidad, agresividad, calma, e indiferencia. ¡OJO!
Los profesores, no tengo duda, que hacen una maravillosa labor con muy poca preparación en salud mental. Es necesario, digo imprescindible crear un puesto de psicología educativa.
Los compañeros deben aportar datos sobre el que sufre estos malos pensamientos, por ser testigos de los conflictos que viven sus compañeros durante el horario escolar y fuera de él. Deben alertar de situaciones que causan un dolor devastador como es el acoso escolar. Si el amigo o compañero les ha dicho: No puedo más, me veo desbordado. Dalo a conocer a la familia o a los profesores.
Por supuesto que el maestro debe dedicar tiempo a escuchar al adolescente. Dar calidez, saber que se puede expresar sin ser juzgado es magnífico, y si hay riesgo de conducta suicida, abordar el tema de forma gradual. Hablar sobre el mencionado tema, no el “promoverlo” es disminuirlo, reducirlo. Todos, niños, adolescentes y adultos, nos dicen que en esos momentos que están solos.
Se ha de entrevistar a las familias, y este es un paso que se ha de llevar con mucha delicadeza. Hacer que esos hijos no se pierdan, es tarea que hemos de evitar todos unidos. Una vida sin cumplir su ciclo
Estas frases repetidas muchas veces, al igual que un mantra, te van ayuda a ver luz, aunque el túnel hoy sea muy negro:
“Da tu primer paso ahora. No es necesario que veas el camino completo, pero da tu primer paso. El resto irá apareciendo a medida que camines”, Martin Luther, Jr.
“La dicha de la vida consiste en: tener siempre algo que hacer, alguien a quien amar y alguna cosa que esperar”, Thomas Chalmer