La temporada de riesgo alto se amplía por primera vez hasta los cuatro meses, desde el 12 de junio hasta el 12 de octubre
El calor y las altas temperaturas son factores muy favorables para que se desarrolle un incendio. Por eso, y después de lo ocurrido el año pasado, cuando se registraron en la comunidad y también en la provincia salmantina los peores incendios forestales en lo que va de siglo, de cara a esta temporada se han tomado medidas más exhaustivas.
La Junta de Castilla y León ha ampliado la campaña de riesgo alto de incendios forestales. Comenzó el pasado 12 de junio y durará, como mínimo, hasta el 12 de octubre, una novedad ya que supone la ampliación de un mes más de riesgo alto en la comunidad, pues generalmente suele durar tres meses.
Además, esta temporada se cuenta con más efectivos, más personal en los centros de mando, así como mejoras y ampliación de personal de dirección y coordinación de los incendios forestales, con nuevas plazas de técnicos de apoyo, la incorporación de analistas de planificación y comportamiento del fuego para los grandes incendios forestales, así como un nuevo servicio de ayuda a la organización de las radiocomunicaciones. Por ello, el dispositivo humano está formado por alrededor de 500 personas solo en Salamanca, a las que hay que sumarles las que hay en el resto de provincias de la comunidad y que se desplazarían si fuese necesario, ya que es un operativo autonómico.
La extinción de los incendios forestales de Castilla y León se estructura en torno a tres niveles organizativos: nivel autonómico, provincial y en el propio incendio. En Valladolid se encuentra el CAM (Centro Autonómico de Mando), órgano superior que se encarga de coordinar los nueve centros provinciales denominados CPM, uno por cada provincia y que coordinan a nivel provincial todos los medios materiales y humanos de la provincia. Por último, se encuentra el PMA (Puesto de Mando Avanzado). Se organiza in situ, en el propio incendio. Una vez declarada la emergencia y dependiendo de su gravedad, se crea el PMA o no. Entre ellos existe una colaboración ya que se encuentran en continuo contacto.
La campaña de este verano se presenta complicada debido a la sequía provocada por la falta de lluvias que, unida a las altas temperaturas, se teme sea una campaña desfavorable. Por ello el refuerzo para la temporada de riesgo alto.
El Operativo 2023 de vigilancia, prevención y extinción de incendios forestales de la comunidad está integrado por 4.715 profesionales. Entre ellos hay ingenieros, agentes medioambientales, celadores, trabajadores de cuadrillas helitransportadas, de cuadrillas de tratamientos selvícolas, tripulación de medios aéreos, retenes de máquinas, materiales terrestres y aéreos, centros de mando y medios terrestres.
Además de un total de 34 medios aéreos, el dispositivo está formado por 22 helicópteros y un avión de la Junta ubicados en diferentes bases de la comunidad, así como de 5 helicópteros y otros 6 aviones de la Administración General.
Salamanca ya está preparada para afrontar la temporada de riesgo alto de incendios forestales. Lo hace, como cada año, tras una exhaustiva coordinación autonómica. De este modo, el operativo contra incendios forestales en la provincia de Salamanca cuenta con un total de 322 medios entre aéreos y terrestres, así como puntos de agua dependientes de la Junta de Castilla y León.
Entre los medios aéreos hay 3 helicópteros repartidos por la provincia, uno en la base de El Bodón (comarca de Ciudad Rodrigo), otro en la base de El Maíllo (también en la comarca de Ciudad Rodrigo) y un tercero en Guadramiro (comarca de Vitigudino). Junto a ellos también hay un avión de carga en tierra en la base de El Maíllo, y 2 aviones anfibios que pertenecen al Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente en la Base Aérea de Matacán. Además, hay 9 cuadrillas helitransportadas.
Entre los medios terrestres hay 39 autobombas, algunas propias y otras de la Diputación de Salamanca, institución con la que hay un convenio de colaboración. También 13 pick up con depósito de agua, una autobomba de doble cabina con pick up auxiliar (se tata de una de las novedades de este año y que está ubicada en la localidad de La Fuente de San Esteban) y 6 bulldozer o retenes de maquinaria.
Junto a ello, hay 211 puntos de agua repartidos por toda la provincia, 2 cuadrillas nocturnas (se ha ampliado una con respecto al año pasado), 1 centro de mando y un total de 34 puestos de vigilancia y cámaras.
En lo que respecta al personal humano que compone el operativo máximo en la provincia de Salamanca, está compuesto por unas 500 personas aproximadamente, entre las que se encuentran agentes, técnicos, personal de las cuadrillas, conductores, vigilantes, personal de apoyo, etc. No se puede medir con exactitud un número fijo de personas que participan en la extinción de incendios forestales, pues al personal profesional en este tipo de fuegos se suman vecinos y voluntarios de forma totalmente altruista y que no se encuentran contabilizados, ya que varían dependiendo de cada incendio.
Cabe recordar que estos medios están a disposición de todas las provincias de la comunidad, así como de incendios en los que puedan ser necesarios y que se produzcan en otros lugares de España e incluso de Portugal, país vecino y frontera con Salamanca.
Pero, ¿qué de qué se encarga cada uno? Las cuadrillas terrestres son el pilar fundamental en la lucha contra los incendios, ya que se encargan de la prevención y su extinción. La maquinaria pesada, también conocida como bulldozer, se encarga de la prevención y extinción, igual que las cuadrillas terrestres. Se utilizan para la apertura de cortafuegos, como medida preventiva. Cuando el incendio ya está iniciado, realizan tareas de ataque directo o indirecto, así como su remate.
Es importante destacar que cada retén de maquinaria está compuesto por una máquina bulldózer y una góndola con cabeza tractora para su transporte.
Las cuadrillas helitransportadas también realizan labores de prevención, pero también participan en labores de extinción, siniestros a los que acuden en helicóptero o en medios terrestres. Los medios aéreos son fundamentales para reducir el tiempo de extinción de un incendio, tienen establecida su área de actuación en las zonas con mayor riesgo, aunque según las necesidades pueden desplazarse.