Música y vaquillas junto a la izada de la Viga, han sido las actividades más concurridas
La monotonía de El Payo se vio truncada durante el fin de semana a causa de la algazara vivida en sus placibles calles y plazas con motivo de la festividad de San Juan Bautista.
Desde que el pasado viernes los Quintos del 23 alzaran un pino de más de 20 metros de altura cortado en el monte e instalado en la Plaza Mayor, han sido días vividos con máxima intensidad disfrutando de la programación festiva que el consistorio payengo había elaborado con menudencia para todo tipo de edades y gustos.
La última jornada de ferias comenzó con un pasacalle con charanga avisando a los más pequeños del lugar que daba comienzo un encierro infantil con carretones bajo la organización del Arte Charro.
Seguidamente tuvo lugar una suelta de vaquillas desde la Plaza Mayor hasta la Plaza de tientas. Las reses se fueron soltando una a una lo cual hizo más amena y entretenida la jornada dominical.
La tarde también estuvo orientada a los más pequeños del lugar con un festival infantil con un tren turístico y varios hinchables.
El plato fuerte de la tarde fue la capea de las vaquillas del encierro de la mañana al estilo tradicional, donde los más valientes de la zona del Rebollar, Extremadura y Ciudad Rodrigo, mostraron sus habilidades y dotes toreras.
Un trío Orquesta a las once de la noche puso la cremallera a las fiestas de San Juan, pensando ya los payengos en las fiestas de verano, que volverán en el mes de agosto y que contarán con más oriundos que residen en el país vecino francés.