Adoradores de toda la geografía española se dieron en la villa ducal en un encuentro presidido por la imagen de Santa Teresa de Jesús
La Basílica ha sido la sede escogida por la Adoración Nocturna Española (ANE) y la Adoración Nocturna Femenina Española (ANFE) para celebrar este año su Vigilia Nacional, coincidiendo con la celebración del Año Jubilar Teresiano. La celebración fue presidida por el obispo de Salamanca, Mons. José Luis Retana, y en ella participaron adoradores y adoradoras de todas las secciones de la ANE y de la ANFE de la Diócesis de Salamanca y de otras diócesis españolas, para para adorar a Jesús presente en la Eucaristía.
Aunque la vigilia estuvo organizada por la Adoración Nocturna, estuvo abierta a la participación de todos los fieles, como recuerda el presidente de la ANE de Alba de Tormes, Alejandro Delgado Cosme.
Previo a la celebración de la vigilia tuvo lugar la acogida de los participantes y la recepción de banderas de las distintas secciones de la Adoración Nocturna en la iglesia de San Pedro, desde donde se inició la procesión hacia la Basílica teresiana. Cada sección tiene una bandera con su año de fundación y en la procesión el adorador que la porta se coloca en fila según la antigüedad de ellas.
En el interior de la Basílica se llevó a cabo la Vigilia con el rezo del Santo Rosario, seguido del rezo de Vísperas y la Eucaristía. Después, se expuso el Santísimo para su adoración y oración personal. Tras unas preces expiatorias se inició uno de los momentos más esperados, la procesión con el Santísimo Sacramento por la calle, a las 00:30 horas.
La cruz guía, flanqueada de dos ciriales, encabezó el cortejo procesional, seguida de tres filas de adoradores -en el centro se situarán las banderas de la ANE y la ANFE-. Tras ellos los sacerdotes, colocados en dos filas, el obispo y la custodia dentro de la carroza del Santísimo que se ha estrenado en la pasada festividad del Corpus Christi.
El cortejo rodeó la basílica hasta llegar al altar que se habrá instalado junto a la escultura a Santa Teresa de Jesús de Venancio Blanco, en la Plaza del Peregrino. Allí se llevó a cabo una oración y el obispo impartió la bendición con el Santísimo.
Junto a la escultura de Santa Teresa se ubicó un altar donde el obispo impartirá la bendición con el Santísimo. Después continuó la procesión eucarística hasta la iglesia de San Pedro para la reserva del Santísimo, el rezo de Completas y la despedida.