El colegiado más conocido de Salamanca ha atendido a SALAMANCArtv AL DÍA en uno de los campos del Colegio San Agustín, el lugar en el que debutó
Alfonso Vicente, el árbitro más conocido a nivel local, ha tenido que retirarse del mundillo al cumplir los 40 años, la edad límite que hay para el colectivo en Primera Federación. Por ello, el colegiado ha atendido a SALAMANCArtv AL DÍA para repasar su vida deportiva.
Además, el charro lo ha hecho en el Colegio San Agustín, el campo en el que empezó su historia dentro del mundo del fútbol como jugador y juez a la hora de dirigir un partido. Por otro lado, tan alegre y risueño como siempre, él mismo se ha encargado de traer sus camisetas más especiales, destacando una de color verde del día en el que pitó un Real Oviedo - Cádiz de un playoff de ascenso a Segunda División con un Carlos Tartiere hasta la bandera.
PREGUNTA: Ahora que ya han pasado unos días de la despedida en Mérida, ¿cómo es la nueva vida de un árbitro?
RESPUESTA: Todavía no la he asumido, pero sí que me voy haciendo a la idea. Lo hablo con mi pareja o mi madre, todas las etapas se acaban y hay que pensar que lo mejor siempre está por venir. He tenido la suerte de disfrutar de cosas muy bonitas y estaré en otra faceta como la de formador para intentar guiar a otros conseguir sus objetivos. Me costará ver los partidos.
P: ¿En qué pensaste al pitar por última vez en tu carrera profesional?
R: Uffff. Fue muy emotivo y una sensación difícil de describir. Los últimos minutos miré el reloj 40 o 50 veces y el descuento resultó complicado. Sentí cómo se cerraba la puerta y me emocioné mucho, por lo que no pude reprimir las lágrimas. He entregado media vida al arbitraje en el buen sentido y he podido llegar hasta el final más allá de no alcanzar la élite.
P: ¿Cuánto cuesta asumir la retirada por obligación si estás bien?
R: Es una paradoja porque no soy el único caso, ya que le ha ocurrido a muchos compañeros. Cada vez estamos mejor preparados los árbitros, es una realidad y hay que aceptarla. Los veteranos somos un tapón para las nuevas generaciones y hay que ceder el testigo a otros. Podría haber seguido hasta que me echarán... (bromea). Lo acepto, no de buen grado, pero lo asumes.
P: ¿Cuál es tu mejor recuerdo?
R: De eso te das cuenta con el tiempo y tuve la gran suerte de dirigir una fase de ascenso a Segunda con dos históricos como el Real Oviedo y el Cádiz con 33.000 personas en el Carlos Tartiere. Lo disfruté en su momento, pero luego me di cuenta que el de las fotos y los vídeos era yo (ríe). Me quedo con todo, también con los partidos de base porque hay cosas muy importantes.
P: ¿Qué se siente al estar en Primera División como cuarto árbitro?
R: La primera vez que me sentí hasta un poco sobrepasado fue cuando pisé el Santiago Bernabéu vacío. Fue en un Real Madrid - Levante y ahí conocí a José Mourinho. Ganó el Madrid 8-0 aquel día, que hacía un frío que pelaba. Me vi en un templo del fútbol y nunca me lo imaginé así. Eso no tiene nada que ver con otros partidos si soy sincero, aunque con el paso del tiempo lo normalizas. Mi pareja me dice que soy un referente y que no me doy cuenta de lo que he vivido... y tiene razón porque he sido un privilegiado.
P: Uno de tus momentos más mediáticos fueron los rifirrafes con José Mourinho o Xavi Hernández, ¿cómo se lidia con las estrellas mundiales?
R: Es mucho más normal de lo que la gente se piensa. Son celebridades, pero son gente normal. A veces interpretan papeles que no les gustan. Nosotros sabemos que el foco mediático es muy potente en ese tipo de partidos, pero protestan como el entrenador del Cristo Rey o el Monterrey. Es más fácil saber cómo son por verlos en la televisión y tienes tu estrategia preparada para cualquier escenario. No puedes tener un mal gesto o palabra porque todo se sobredimensiona. Le estrechas la mano a Messi, Cristiano, Puyol o Sergio Ramos, que es gente que ha ganado un Mundial o millones de euros y tú eres un mindundi a su lado.
P: ¿De qué manera convive un árbitro con las críticas y los insultos?
R: El arbitraje me ha forjado mucho el carácter y depende de la forma de ser cada uno. La crítica, el insulto y la amenaza es parte del trabajo, pero gracias a Dios yo me he librado de la agresión. Al principio cuesta, recuerdo en este mismo campo del Colegio San Agustín que el primer día que pité ya me equivoqué, por lo que al acabar varios padres del Pizarrales me insultaron y me paré a hablar con ellos, aunque no me hicieron ni caso. Llamé a Paco, el presidente, y me dijo 'Alfonso, el primer día nadie lo ha hecho bien'. Una vez que asumes la realidad sí que te alejas del ruido. Siempre me he desenvuelto mejor en ambientes cargados porque me ayuda a concentrarme mejor, no es que te vengas arriba para fastidiar. La presión me ayuda más en un campo con 4.000 personas que en uno con 50.
P: ¿Qué le dirías al Alfonso Vicente del pasado cuando empezaba?
R: Que esto no es como empieza. La primera semana postpartido tienes un mar de dudas tras pitar y no sabes lo que tienes que mejorar, ya que en la base todo el mundo lo hace por amor al arte y es complicado recibir ayuda individual. Esto nunca acaba, pero si te gusta vas a mejorar a diario. Aprendes a hablar con los entrenadores, con los jugadores, si conviene pitar una falta o no. La experiencia es un grado y mi consejo es 'tranquilo, solo intenta mejorar un poco cada día'. José Luis González González decía que 'venimos a disfrutar y disfrutamos más sí acertamos'.
P: ¿Cuál es la 'espinita' que te ha podido quedar?
R: Es complicado, pero ojalá haber pitado una final del Mundial y la Champions. Siempre hay algo más, aunque he tenido la suerte de pitar cosas muy importantes, pitar en el Helmántico, pitar a los equipos de mi ciudad o pitar en el extranjero. En el colectivo arbitral de Salamanca siempre se decía 'Alfonso es un trincón y lo pita todo' y no lo hago por dinero, sino por pasión. Hay árbitros que reniegan de sus orígenes y no es mi caso. Prefiero quedarme con lo que puedo seguir haciendo que es disfrutar del arbitraje.
P: ¿Cómo se afronta la despedida como árbitro de Primera Federación en el Helmántico este mismo fin de semana?
R: Me ha hecho una ilusión tremenda. El 30 de junio se acaba esto y pitar un partido importante como el Salamanca - Arandina (por el ascenso a Liga Nacional) siempre gusta. El hecho de que sea en el Helmántico es cerrar el círculo y es especial. Lo de menos es al equipo que arbitro, sino lo que significa para la gente.
P: Para finalizar la entrevista, ¿qué esperas del futuro?
R: Voy a estar vinculado a la Delegación en el nivel que se pueda y la ubicación ya se verá. Hay ideas, pactos entre caballeros y demás, aunque no hay nada cerrado. Tengo ideas de lo que va a ser de mi futuro y lo estoy esperando con los brazos abiertos. Ojalá pueda mejorar la labor de Paco Gómez y compañía, que ha sido maravillosa. Seguiré pitando en la base y más cosas...