OPINIóN
Actualizado 13/06/2023 23:30:31
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Yo puedo poner un claro ejemplo porque me toca muy de cerca, mi hermano Luis Ángel Barco, Subjefe del Parque hasta el día de ayer

Seguramente todos, en algún momento de la vida, hemos conocido a alguien que nos ha impactado por su dedicación, entrega y profesionalidad. Lograr trabajar en lo que realmente te gusta, en lo que es tu sueño desde que tienes uso de razón, pese a las adversidades y a las trabas en el camino, es muy difícil. Solamente lo logran aquellos que tienen tesón, constancia y entrega a raudales, resumiéndose en una sola palabra: VOCACIÓN.

He aquí la diferencia entre unas profesiones y otras, y es que la de bombero es especialmente “vocacional”, y no todo el mundo está preparado para afrontar situaciones límite, de riesgo constante, de imágenes impactantes que jamás podrán ser borradas de la retina y de la memoria, de poner su propia vida en riesgo para salvar la de los demás. Esto es VOCACIÓN; y estoy completamente segura de que todos y cada uno de los bomberos del Parque de Ciudad Rodrigo la tienen a raudales.

Yo puedo poner un claro ejemplo porque me toca muy de cerca, mi hermano Luis Ángel Barco, Subjefe del Parque hasta el día de ayer. Recuerdo sus comienzos allá por los años 90, con apenas 20 años, su sueño desde que era un niño comenzaba a hacerse realidad, entrar como voluntario para poder llegar a ser bombero. Siempre con el “busca” encima, fuera donde fuese era el primero en acudir, no importaba el lugar ni la hora. A partir de ahí, innumerables horas de formación, no solamente en extinción de incendios, también en rescates de personas atrapadas en vehículos por accidentes de tráfico, en pozos, ríos y pantanos; rescate de animales; colaboración impecable en una pandemia sin precedentes que nos sorprendió a todos; prevención en actos donde el fuego está presente: ferias, fuegos artificiales… Una madrugada, en un aviso por un camión incendiado cargado de caballos, un conductor despistado lo arrolló y a punto estuvo de perder la vida, dos piernas rotas y el alma partida cuando le dijeron que no podría volver a trabajar en lo que tanto amaba, pero su vocación pudo más y tras dos durísimos años de rehabilitación y esfuerzo volvió con sus compañeros. Eso sí que es superar una oposición.

Por todo ello, los necesitamos. Precisamos profesionales con muchos años de experiencia a sus espaldas, que conozcan Ciudad Rodrigo y su comarca como la palma de su mano. Porque la experiencia, el conocimiento, la preparación y, sobre todo, la VOCACIÓN es lo más importante en una profesión como esta. No se pueden borrar de un plumazo años y años de duro trabajo y entrega. Esto es lo que tiene que prevalecer en el Parque de Bomberos Voluntarios de Ciudad Rodrigo, con 123 años de larga vida.

Su propio nombre lo indica: Asociación Humanitaria de Bomberos Voluntarios de Ciudad Rodrigo, porque la HUMANIDAD en esta profesión es lo primero y es lo que nos hace ser mejores personas.

Belén Barco Hernández

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