Las últimas elecciones municipales nos han deparado sorprendentes resultados en casos puntuales de pueblos de nuestra provincia. Uno de ellos es el de La Fuente de San Esteban, antaño, enclave taurino por excelencia de nuestro campo charro, y, aunque ya muy venido a menos, permanentemente en la memoria de quienes vivimos aquellos años de esplendoroso trasiego de toreros, ganaderos y aficionados por esos pagos de cercados bravos y toreros talentosos: Julio Robles, Paco Pallarés, Juan José, etc…
Paco Cañamero, jovencito, comenzó a escribir de toros por aquellos años, la pluma se le daba bien y, sobretodo, poseía unas “alforjas” vivenciales sumamente valiosas. Yo ya tenía, por edad, cierto recorrido reporteril cuando él arrancaba la faena con la ilusión que nos da la afición por algo que sentimos con sinceridad, que nos emociona. Y al ritmo que crecía en estatura, tiarrón hoy, lo fue haciendo su oceánica literatura, dando rienda suelta a los temas que suscitaban su interés: el futbol, el ferrocarril y metiéndose sin contemplaciones en charcos de denuncias fundadas a gente de alto copete nacional, como aquel presidente del Real Madrid. Pero, sobre todo y ante todo los toros, la Tauromaquia.
Entre unas cosas y otras, lleva más de veinte libros en circulación.
Pero Paco tiene una vena solidaria muy musculosa y una sincera desazón al contar en libros tragedias como aquella de la generación perdida de niños de Muñoz en el tremebundo accidente ferroviario del 21 de diciembre de 1978, que él cuenta con rigor periodístico en una de sus últimas publicaciones.
En fin, que ahora, tras un breve pespunte en el departamento de Comunicación del casi extinto Ciudadanos, Paco Cañamero será el próximo alcalde de su querido pueblo: la Fuente de San Esteban, candidatura que encabezó por el Partido Socialista.
Yo no sé si lo hará bien o no, pero sí sé que Paco tiene principios de equidad, honestidad y buena fe muy acusados y esas características de su personalidad serán una renta valiosa en su cometido, para nada sencillo.
Mucha suerte compañero.
Toño Blázquez