OPINIóN
Actualizado 03/06/2023 09:18:45
José Fermín Rozas

Comenzó el mes con cambios en el servicio de transporte público de la ciudad. Se han puesto en marcha dos nuevas líneas zanjando demandas ciudadanas de hace años, junto a una nueva parada en la Gran Vía (por donde se circula tardes y domingos). Quizás hay quien pensara que ese halo de modernidad que últimamente parece envolver la actividad municipal, refrendada en las urnas, traería otra forma de actuar en esos cambios. Pues se han llevado un chasco, se han puesto en marcha así sin más.

Parada junto a la Escuela de Idiomas donde coinciden ambas líneas nuevas, sin rastro de ellas.

La clave del transporte público no es el precio (excepto desmesuras), está en la información y en su fiabilidad. Si se conoce evidentemente se puede usar sin riesgos, y si cumple sus horarios (tenga la frecuencia que sea) transmite seguridad para utilizarlo. Las nuevas líneas, 14 y 15, han tenido un nacimiento diferente. La 14, “Zurguén-Huerta Otea”, aparece en el documento “Plan Director del Transporte Público Colectivo de Salamanca” con fecha del 2 de febrero de 2022. En cambio no contemplaba la línea 15, era asumida por un descabellado cambio de recorrido en la línea 2. Por fortuna no siguió adelante ante las protestas vecinales y diseñaron la actual 15 “Capuchinos-Hospitales”, cuyo mapa municipal está fechado en marzo de 2022.

Parada a la entrada del Campus, también sin rastro de las dos nuevas líneas.

Han pasado 15 y 14 meses desde entonces, suficiente para preparar su puesta en marcha. Como imprimir y divulgar información tipo mapas, horarios y alguna fórmula (provisional si esperan a finalizar todos los cambios) facilitadora de la misma en las paradas. También adaptar los medios digitales de información, web y app, acrecentando así la confianza del usuario por el nuevo servicio. No parece algo titánico precisamente, pero al final ha sido improvisado e incluso parte de la poca información es errónea. No es la primera vez, al menos ahora han señalizado mejor las paradas.

Horarios reales de un esquema municipal, pero no publicado fuera de la prensa.

Para empezar, los horarios publicados en la nota municipal no son correctos. Con una frecuencia de 20 minutos no es posible empezar, y acabar, en ambas caberas a la misma hora; especialmente en la línea 14. Por supuesto en las paradas no hay nada sobre las nuevas líneas. En la web de Salamanca de Transportes las han incorporado a la información de tiempos de llegadas, pero esos tiempos se parecen sospechosamente a los de las líneas 9 y 2 con las que comparten recorrido. En la app no hay rastro.

Todavía no han tenido tiempo de señalizar mejor la parada. Si no hay nada de líneas más antiguas, menos de las nuevas.

En realidad, el transporte público salmantino trasmite cierta sensación de desidia. Las paradas son quizás su mejor escaparate, con información ajada, rota incluso, y no invita a pensar en actualizada. Hay pantallas informativas con frecuencia en negro. Dentro de los vehículos, sus pantallas también pueden estar apagadas incluso meses. La del aparato de validación de títulos de viaje sirve para conocer el usuario su saldo. Al menos en el nuevo Hospital sólo han tardado dos años en poner las dos primeras marquesinas, faltando todavía en el Paseo de San Vicente junto a Urgencias.

En el Paseo de la Transición, la parada en la puerta del hospital ya tiene marquesina e información, la otra sigue sin suerte.

A pesar de todo, tenemos un servicio de transporte publico razonable. Está bien alardear de modernidad, en breve con vehículos eléctricos, o de precios bajos. Pero mejorar y trasmitir sensación de dedicación no es tan difícil. Como trasladar a la calle la prioridad del transporte colectivo sobre el privado, cambiando el erróneo diseño de las paradas deteniendo el vehículo en el carril de circulación, o mejorar la información. Y tal vez tener más perspectiva al crear nuevas líneas, que cuestan dinero público, ¿en Huerta Otea no se demanda acceder a la Gran Vía?. A lo mejor la línea 15 debería haber sido diferente. Por no hablar del transporte metropolitano. Los problemas ambientales y sus graves secuelas no desaparecerán negándolos, y esta es una buena forma de combatirlos.

¿Nadie se ha percatado todavía del habitual e intenso aparcamiento de coches en la parada junto a la puerta del Hospital?

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