OPINIóN
Actualizado 03/06/2023 09:21:59
Julio Fernández

Los resultados electorales del pasado 28 de mayo fueron malos para las formaciones políticas de izquierdas y consolidaron, aún más, la imagen de una España asimétrica, que cuenta con realidades sociales totalmente diferentes. Por un lado, la España tradicional que cuenta con políticos conservadores que predican un nacionalismo patrio excluyente, que consideran que los nacionalismos periféricos y el terrorismo están íntimamente unidos y relacionados y, por otro lado, la España que siempre está siendo atacada por los sectores más integristas y reaccionarios porque se sienten menos unidos al Estado. Tienen su derecho a pensar como quieran -como es lógico- y a defender el derecho de autodeterminación de los pueblos. Ahora bien, siempre que esa autodeterminación se proponga por los cauces legal y constitucionalmente oportunos.

Esto es así porque, por desgracia, la derecha política en la campaña de las municipales y autonómicas, no ha hecho más que agitar el fantasma del terrorismo -cuando ETA desapareció hace más de una década- y la posibilidad de ilegalizar partidos nacionalistas como Bildu o Esquerra Republicana. Que el lector no tenga ninguna duda que si hay gobierno PP-VOX en el futuro esa posibilidad será muy factible, y detrás de ellos irán otras formaciones nacionalistas como PNV ó PDeCAT y nacionales como el Partido Comunista de España y todas sus sucursales. Aunque la paradoja también la ha protagonizado el PP, en este caso en el Parlamento Vasco, cuyos diputados han apoyado una propuesta de Bildu. ¿Es que el PP del País Vasco puede llegar a acuerdos con Bildu y en el Parlamento español no lo puede hacer el PSOE?

Ya se sabe, para la derecha y la ultra derecha, los comunistas y nacionalistas periféricos son “rojos de mierda” a los que hay que combatir con la ley para que desaparezcan. Este es el mensaje, por duro que parezca, que transmiten los partidos conservadores nacionalistas españoles en este momento, aunque el “trilerismo político” -que cambia de argumentos cada día en función de la dirección del viento- de Feijóo, quiera desviar la atención. Y teatraliza a Groucho Marx según su conveniencia. Si las elecciones del pasado domingo las hubiera ganado la izquierda, el PP hubiera acusado al gobierno de Sánchez, de “pucherazo”, ya lo dijo Ayuso el último día de campaña electoral, cuando se ha visto que en las compras de votos, también han imputado a otra persona en Mojácar, porque presuntamente compró votos para el PP. Si para Feijóo antes de las elecciones había presunción de ese pucherazo en el voto por correo, ahora dice que los funcionarios de correos son gente “honorable” y confía en ellos.

Por otro lado, esa contradicción también se puede ver en que el PP ahora predica que hay que apoyar a la lista más votada, algo que no ocurrió en las pasadas municipales y autonómicas de 2019, donde ni en Madrid, ni en Castilla y León, ni en Andalucía, ni en muchas otras regiones y ayuntamientos fueron la lista más votada, pero consiguieron gobernar apoyándose en otras fuerzas políticas conservadoras y ultra conservadoras. Pero, incluso, dentro de la misma confrontación electoral, las de hace una semana, tampoco hay la misma opinión. En Extremadura, el PP no es la fuerza más votada en las elecciones, pero la líder de esta partido en la región dice que tiene que gobernar el PP en solitario y que se debe abstener la lista más votada, el PSOE, a favor de ellos, para que no pacten con Vox. ¡Tiene bemoles! ¡Qué ambición por el poder!. El PP y Feijóo han descendido el mensaje tanto hasta el barro que el único argumento válido es: “tengo que gobernar yo, como sea, haya ganado o perdido porque hay que derogar el Sanchismo”.

Por cierto, ¿saben los ciudadanos que el Sanchismo también ha logrado que en el mes de mayo haya habido un récord histórico en el mercado laboral, con casi 21 millones de personas trabajando en España? ¿saben los ciudadanos que en mayo se han creado 200.000 nuevos puestos de trabajo y que el número de desempleados ha descendido hasta los 2,74 millones, la cifra más baja en un mes de mayo desde los últimos 15 años, es decir, desde 2008, cuando, por cierto, también gobernaba otro socialista llamado Zapatero?

Desde el lenguaje bélico y excluyente utilizado por la derecha cavernaria contra estas fuerzas políticas hasta la intoxicación interesada, la manipulación y las falsedades vertidas contra ellos por todos los medios de comunicación afines a los ultra conservadores (de Feijóo, Ayuso y Abascal) han sido utilizados para generar miedo en la sociedad, lo que ha provocado una subida de los apoyos a esta derechona en los sectores integristas de la España de patriotismo de hojalata y bandera rojigualda en la solapa. Pero, en cambio, esta derecha rancia sigue teniendo ridículos apoyos en esas nacionalidades históricas –la propia Constitución Española hace esa distinción entre éstas y las regiones, que inspira el ordenamiento jurídico-; esas nacionalidades que nos dan mil vueltas en progreso, bienestar y políticas sociales al resto de los españolitos, sobre todo a los que residimos en regiones que pierden habitantes sistemáticamente y de forma alarmante, que no tienen tejido productivo –sus campos son eriales abandonados e improductivos por escasez de habitantes- y que sus gobiernos no hacen nada por taponar la sangría que acabará más pronto que tarde con la vida de nuestros pueblos. Es lamentable que en más del 90 % de los 362 municipios de la provincia de Salamanca, la inmensa mayoría de sus habitantes sean jubilados y pensionistas; a esos a los que en los últimos presupuestos generales del Estado se les ha subido un 9% su pensión, a pesar del voto en contra del PP y VOX. Parece que el refrán castizo de “es de bien nacidos ser agradecido” no ha funcionado muy bien en los resultados electorales del 28 de mayo.

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