Con la pandemia, decidió apuntarse a la lista
“Quería vivir una experiencia más”. Por este motivo y, debido a la pandemia ocasionada por el coronavirus en el año 2020, Agustín decidió apuntarse a los huertos urbanos de Salamanca. Es uno de los usuarios que llevan desde el principio en el proyecto y le acaban de dar una buena noticia: estará un año más.
El pasado mes de abril se cumplieron dos años desde que se convirtió en usuario y, por tanto, terminaría así su periodo en los huertos urbanos. Sin embargo, le ha sido concedida una prórroga de un año más.
Va prácticamente todos los días del año, y lo que empezó siendo un entretenimiento se ha vuelto algo fundamental para él. Pasa mucho tiempo en el huerto. “A veces vengo un rato por la mañana, otras por la tarde, Me doy un paseo y aprovecho. Vivo cerca, saco de paseo al perro y vengo, prácticamente, todos los días”.
“Yo nunca había tenido huerto, hay gente que piensa que yo he sido hortelano, que entiendo, pero para nada”, nos explica mientras nos enseña los productos que tiene cultivados.
“En todo este tiempo he aprendido muchas cosas”, explica. “Nos dan muchos cursos y me han enseñado muchas cosas que luego, vengo y pongo a la práctica”.
Tiene plantadas judías verdes, puerros, ajos, lechuga, berenjenas, pimientos, tomates, cebollas, etc. Como él mismo dice, “un poco de todo”. Productos que cuando llega el momento retira y se los lleva a casa para cocinar y disfrutar de ellos. “Siempre he comido verduras y hortalizas, pero no tiene nada que ver lo que he comprado toda la vida con lo que cultivo. Hay gente que me dice que es lo mismo, pero no, n o es igual. A estas las ves crecer, tienen otro sabor”, cuenta.
Para Agustín ir al huerto supone una experiencia más, y él mismo admite que ha cambiado bastantes costumbres desde que va. “Me gustaba ir al bar a jugar la partida, jugar al dominó, etc. Ahora me llama más el huerto que otra cosa”.
Por él se quedaría hasta que pudiera. “Encantado estaría, en lo que yo pueda me quedaría. Sería un usuario fijo porque además he preparado bien.”.
El año que viene probablemente tendrá que dejarlo, algo que “no” le pilla de sorpresa. “Al final le cojes cariño y siempre hay cosas que hacer”, concluye.