OPINIóN
Actualizado 27/05/2023 10:40:29
José Fermín Rozas

Hace pocos días España dentro de España propuso "Llevar naturaleza y salud a todos los vecinos, a las familias. Y vamos a hacerlo de esta manera: que cada balcón de Madrid tenga una planta" como apuesta ambiental. Desde luego no para combatir problemas de Calentamiento Global del planeta, un infundio de instituciones como las Naciones Unidas o la Organización Mundial de la Salud (quien pretende acabar con pandemias vacunando a la gente, menuda idea), de ecologistas, meteorólogos o el 99% de los científicos. Empeñados en alertar del aumento acelerado de las temperaturas, de niveles de contaminación perjudiciales para la salud o de olas de calor.

Desde hace tiempo “El Ayuntamiento de Salamanca amplía la introducción de naturaleza en entornos urbanos para llenar de color y biodiversidad las calles de la ciudad este verano con la instalación hoy de un muro verde en la Rúa Mayor, a modo de ‘photocall’ junto a la Clerecía y la Casa de las Conchas, para simbolizar la simbiosis entre patrimonio natural y monumental.” Innovadora técnica ambiental que seguro rebaja no menos de 50 grados la temperatura veraniega cuando la mida Savia. Desde luego poner arboles sería muy anticuado, mantenerlos maduros un incomprensible exceso.

La introducción de estos elementos vegetales en las calles contribuyen a limpiar aún más el aire, eliminan el humo y los patógenos, y aportan humedad en el ambiente, por lo que disminuye la cantidad de polvo y partículas, además de reducir los ruidos y el efecto ‘isla de calor’, y proporcionar un aroma fresco y natural.”, referido a un cambio de macetas. Desde luego soltura justificando no les falta, impresionante el impacto de unas macetas en medio de un mar de “granitosis”, envidia de plantas más frondosas.

Está muy bien ese inopinado interés por mejorar el medio ambiente, urbano en este caso, pero el incesante uso de tanta palabrería no trae el progreso ambiental. Hace años se alerta del manoseo de términos esgrimidos como apellido de cualquier cosa. Como este pequeño artículo comentando “El término ‘Sostenible’ se ha prostituido tanto que ha quedado irreconocible. Se ha convertido en una palabra comodín, todo el mundo le da el significado que quiere en función de sus necesidades”. Cuanto más tiempo pasa el discurso ambiental lo están trocando en palabrería hueca, disimulando una seria inanición frente a graves problemas.

Acabamos de pasar 15 días de supuesta deliberación de ideas, y debate ambiental para cambiar radicalmente la situación apenas ha habido. Podemos tapar la verdad con muchas macetas (algunas regadas usando motores de gasolina, qué ironía) pero los problemas ambientales, que matan personas, seguirán empeorando. Según una reciente encuesta de YouGov realizada en Reino Unido, Francia, Alemania, Dinamarca, Suecia, España e Italia y difundida por The Guardian, muchos europeos están alarmados por la crisis climática y dispuestos a decisiones personales respaldando políticas gubernamentales para combatirla. Pero cuanto más cambien su estilo de vida reducen ese apoyo, quieren medidas que apenas les afecten, no les gustan los necesarios pasos estructurales. Quizás sea mejor poner una maceta….

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