La pasión por la ‘cartelmanía’ al hilo de las obras llega a algunos puntos insospechados
Como es conocido, la ejecución de obras públicas en Ciudad Rodrigo, especialmente por parte de la Junta de Castilla y León, suele venir acompañada de la colocación de carteles donde precisamente esa administración ‘presume’ de la inversión. El problema es que esos carteles alargan su estancia en las calles mucho más de la duración de las obras (es ‘inolvidable’ el tiempo que estuvo un envejecido cartel informativo de unas obras de la Junta estropeando la imagen de la Catedral de Santa María en la Plaza de Amayuelas).
En la galería se pueden ver ejemplos de carteles de obras más que finalizadas que se mantienen hoy en día, como junto a las pistas de pádel (con doble cartel de dos administraciones); otro en la calle San Fernando donde se informa de hasta seis obras con fondos de la Diputación (de las cuales sólo una es la propia intervención en la calle); o la gran lona que lleva más de un año colgada de la fachada del Pabellón de Conde de Foxá al hilo de las obras de sustitución de la cubierta (que ‘afeó’ el acceso a los espectáculos de la pasada Feria de Teatro, y vistas las fechas, va por el mismo camino).
Dentro de esa colección de carteles callejeros en Ciudad Rodrigo, hay uno que se lleva especialmente la palma, el ubicado en el patio del Colegio Miróbriga (dando a la calle Virgen de la Peña de Francia), informando de la remodelación del patio y la pista deportiva del recinto educativo, que se ejecutó en ¡2017!.
La prolongada estancia de este cartel se hace aún más incomprensible teniendo en cuenta que está unido al suelo por dos postes metálicos, lo que no parece lo más lógico del mundo en un patio donde van y vienen corriendo en los recreos ‘sin mucho control’ los alumnos, unos cuantos de los cuales son bastante más ‘jóvenes’ que el propio cartel (básicamente, todos los de Educación Infantil, que nacieron después de su colocación).