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ALBA DE TORMES
Actualizado 25/04/2023 13:40:25
Roberto Jimenez

Perteneciente al siglo XVIII, representa el momento en que la princesa Polixena Perstyn y Manrique de Lara regala en 1628 la imagen del Niño Jesús a los Padres Carmelitas Descalzos que del convento de Praga

Nueva donación para la exposición ‘Artis Momentum’ de Alba de Tormes. En esta ocasión llega a la villa ducal ‘La Princesa Polixena obsequia el Niño Jesús de Praga a los Carmelitas Descalzos’, una obra de arte que destaca por tratarse de una iconografía muy poco representada en la historia del arte, así como por su técnica, factura y riqueza simbólica. Este relieve de madera se encuentra actualmente en la Iglesia de la Virgen de la Victoria.

La pieza capta con gran fidelidad el momento histórico que representa. La princesa, protagonista de la escena, se presenta con una gran riqueza de detalles, desde su vestimenta y aderezos, hasta su expresión facial. La imagen del Niño Jesús de Praga, por su parte, es el centro de atención del relieve, rodeado de elementos simbólicos que resaltan su importancia.

Momento significativo

Este relieve de madera tallada y policromada posee un valor histórico y cultural de gran importancia. La escena que representa se refiere a uno de los momentos más significativos de la historia del Niño de Praga, un momento que ha dejado una huella imborrable en la historia del arte y en la memoria de la Orden del Carmelo Descalzo, que extendió a todo el mundo la devoción a esta imagen desde el santuario de Praga en la República Checa.

Se cree que la imagen pasaba de padres a hijos varones en la familia de los Condes de Treviño y Duques de Nájera (Manrique de Lara) que eran embajadores perpetuos de la monarquía hispana en Praga, aunque también se apunta que la emperatriz Isabel de Portugal podía llevarla en su equipaje cuando contrajo matrimonio con Carlos V y luego decidiría regalarla a su camarera María Maximiliana Manrique de Lara. Ésta había contraído matrimonio católico en España con el noble checo Wratislao Perstyn, barón libre de Perstyn, adicto servidor del emperador.

De este matrimonio nació Polixena de Perstyn y Manrique de Lara, que se casó primero con Guillermo Ursino de Rosemberg, barón de Krumlau y soberano burgrave de Bohemia, y en segundas nupcias con el príncipe Zdenek de Lobkovic, gran canciller del reino de Bohemia. Como regalo de la primera boda, María donó a su hija el Niño Jesús modelado en cera que tanto le ayudaría en su futuro político-religioso. Polixena poseía un talento poco común y una belleza fascinadora. Su segundo esposo, con el que se desposó en 1603, vivió embelesado por la grandeza española, mas fue ella la que ganó con sus dotes de estadista, junto al conde de Oñate la batalla de Montaña Blanca para la causa de Madrid. La princesa fomentó la vuelta al catolicismo de Moravia y su esposo influyó para que el emperador Matías fuera sucedido por el archiduque Fernando en 1617, convirtiéndose ambos en el instrumento del emperador para acabar con el luteranismo en sus estados.

Los religiosos de la Orden del Carmelo Descalzo habían sido particularmente favorecidos por la asistencia de Polixena y, cuando en 1628 estalló la guerra en Praga y el monasterio fue reducido al extremo de la pobreza, Polixena se había presentado a la puerta del cenobio con su estatua: “Aquí les traigo el objeto de mi mayor aprecio en este mundo. Honrad y respetad al Niño Jesús y nunca os faltará lo necesario”.

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