A la misa matinal siguió un encierro de carretones y una suculenta paellada ofrecida por el Ayuntamiento, evento al que seguiría una disco-móvil
Gran ambiente festivo el que se respiraba este Lunes de Pascua en Villano de los Aires, fecha señalada en la que decenas de familias acuden al Teso de San Cristóbal para dar cuenta de hornazos, embutidos, asados de carne y tortillas, un mantel que este año también estuvo acompañado por una gran paellada ofrecida por el Ayuntamiento y de la que se repartieron más de 500 raciones.
Y es que el Teso de San Cristóbal aparecía este Lunes de Pascua como hacía años no se recordaba, con cada rincón ocupado por grupos familiares y de amigos, una fiesta que arrancaba con la misa en la ermita en honor a San Cristóbal y Santa Lucía y que este año tampoco quisieron perderse las legendarias avispinas, exótica flor de la familia de las orquídeas que imita una abeja recolectando polen.
También los más pequeños tuvieron su momento especial en la jornada, pues el bisnieto de Sebastián ‘Garrito’ seguía la tradición con la vaca de su bisabuelo, aunque en versión actualizada a carretón y que sembró de emoción la granítica plaza del Teso.
Todo un acontecimiento que solo se vio superado por la llegada desde Santa Catalina de una paella de 550 raciones, que era transportada en la pala de un tractor ante la imposibilidad de encender fuego en el campo por el riesgo de incendio en todo el territorio de Castilla y León.
Y así se llegaba al reparto de más de 500 raciones de paella para acompañar a otros platos a gusto de cada cual, entre los que no faltaron el hornazo, empanadas y embutidos regados con vinos de las Arribes.
Así que con el cuerpo en su punto, la fiesta daría paso al baile con una disco-móvil que perduraría hasta casi el anochecer.