Te proponemos tres pueblos con diferentes historias que merece la pena conocer
En estos días primaverales de Semana Santa, muchos son los planes que pueden realizarse al aire libre, disfrutando de la naturaleza y cerca de Salamanca. Como una ruta por algunos pueblos fantasmas que hay en la vecina provincia de Zamora.
Como recoge la guía Repsol, la provincia con municipios que en su día fueron el hogar de muchas personas pero que, sin embargo, por diferentes circunstancias han quedado deshabitados. Siendo el silencio su único habitante. A continuación, te contamos cuáles son.
La localidad de Salto de Castro se encuentra en la carretera ZA-2432, en el municipio de Fonfría. Construido con el objetivo de ser hogar de trabajadores y familias que trabajaron en la construcción de la presa de Castro, en 1.989 fue abandonado, cuando terminaron los trabajos.
Desde entonces se encuentra deshabitado y abandonado. Donde antes llegó a existir escuela, consultorio médico, hospedería, bar, iglesia e incluso un cuartel de la Guardia Civil, solo quedan ruinas.
San Pedro de la Nave aparece y desaparece. Sus casas y edificios, o mejor dicho, lo que queda de ellos, no puede verse todos los días del año. Este municipio aparece y desaparece con el agua.
Fue construido para la creación de la presa hidroeléctrica, como Argusino o La Pueblica, a mediados de los años 30. Sin embargo, cuando se creó el embalse de Ribocayo este pueblo se quedó sin vida.
Todo fue arrasado a excepción de la iglesia, el templo de San Julián y Santa Basilisa había sido declarado Monumento Nacional al ser considerado uno de los mejores ejemplos de la arquitectura prerrománica. Por ello, sus restos hoy se conservan a orillas del Esla, donde se trasladaron.
Ribadelago Viejo y Valverde de Lucerna se encuentra en Galende, concretamente en la carretera ZA-104. Su trágica historia se remonta a 1.959, año en el que la vida de los 549 habitantes del municipio cambió.
El 9 de enero de ese año, tras las Navidades, la rotura de la presa de Vega de Tera inundó el municipio, llevándose consigo la vida de 144 personas que se encontraban en él. Una trágica historia que marcó a la provincia de Zamora. Solo pudieron recuperarse 28 cuerpos.
Actualmente puede visitarse Ribadelago Nuevo, que fue reconstruido años después y característico por la escultura de una mujer con un bebé en brazos envuelto en su manto honra la memoria de todas las víctimas de la tragedia ocurrida durante aquella madrugada.
FOTOS: guiarepsol.com