Primitivo Moya, presidente de la cofradía, habla sobre la ilusión y emoción de mostrar "nuestra fe" en la calle y de esa novedad que este año tendrá la Semana Santa en La Rúa
A medida que se acerca la fecha, la ilusión y la emoción se va apoderando de los cofrades, que están meses preparando todo lo relacionado con la Semana Santa. “Es un no parar, son muchas cosas; el tiempo que se invierte es impresionante, pero se hace por amor a la cofradía”, relata Primitivo Moya, presidente de la Cofradía de la Oración en el Huerto de los Olivos.
Recuerda que la Semana Santa pasada fue ilusionante al llevar dos años sin salir y en esta “estamos intentando que nos normalicemos todos, porque ni por la calle siquiera tenemos esa normalidad que teníamos. Lo mismo le pasa a los cofrades de Semana Santa, todavía no hemos cogido las rutinas que teníamos en asistencia a los actos y esas cosas. En la procesión sí que aparecerá mucha gente o casi toda, pero la tendencia es a eso, a llegar a lo que teníamos antes”. Considera que el año pasado aún había miedo, la gente estaba reticente; este año a ver si logramos olvidarnos al fin del trauma que hemos vivido e intentamos retomar la normalidad que teníamos, la alegría que teníamos, que no es fácil, nos la han robado”.
Los cofrades “sí están ilusionados, pero cuando empezamos con los actos fuertes, se van emocionando más”, apunta Moya.
Salir en procesión, sobre todo cargando el paso, es “algo muy especial”. Primitivo Moya lo ha hecho desde los 17-18 años hasta que cogió la presidencia de la cofradía, “lo tuve que dejar, porque era imposible”. Entonces vivía el desfile procesional de cerca, ahora, señala, “me entero poco. Tengo que estar de allá para acá para que todo salga bien y al final me entero poco, no acabo de disfrutar de la procesión”.
Sin embargo, “salir a la calle, hacer la estación de penitencia, y demostrar nuestra fe es un poco especial siempre; primero, estás rodeado de los hermanos y luego, de muchísima gente en la calle”, añade Primitivo, que quiere destacar que este año también será más especial porque “vamos a hacer otra vez las cuatro cofradías parte del recorrido conjunto; a ver qué tal sale, es un poco experimental”.
Antes “era un caos, porque somos mucha gente por las mismas calles a la misma hora; a ver si se puede organizar poco a poco”. Puede ser, incide, una procesión pesada, “al ser mucha gente y muchos pasos, pero se intentará ir lo más juntos posible para que sea lo más corta posible. No va a ser el Santo Entierro de antes, pero la gente podrá ver las cuatro seguida”. El recorrido conjunto de cuatro cofradías -Vera Cruz, El Huerto, El Nazareno y El Rescatado- será, explica, desde la torre de la Catedral hasta la calle Quintana, es decir, todo lo que es la Rúa.
Las cofradías implicadas son las que han propuesto realizarlo de esta manera. “Nos ha costado un poco de tiempo lograrlo, porque sabemos que era un poco caos y, ahora, al menos ese recorrido se puede ver a todas juntas y seguidas. Vamos a probar este año a ver qué tal sale, porque también es una labor de organización considerable”, afirma.
La Cofradía de la Oración en el Huerto de los Olivos está integrada por 320 cofrades. Una agrupación que nació en 1952, año en el que se escindió de la Vera Cruz, de la que era filial.
En su procesión del Viernes Santo (Procesión General del Santo Entierro) participan 170 nazarenos, acompañados de su banda de música. La subida a la Catedral por la cuesta de Tentenecio es uno de los momentos más espectaculares de su desfile.
Sus imágenes titulares son un grupo de cinco figuras que componen ‘La Oración de Jesús en el Huerto de los Olivos’: Cristo, el ángel con el cáliz y los tres apóstoles dormidos (Pedro, Santiago y Juan). La referencia cronológica más antigua sobre este grupo escultórico data de 1679, por lo que es anterior.
En esta Semana Santa no hay novedades en cuanto al paso, ya que el año pasado, comenta Moya, pusieron unas “peanas especiales para levantar un poco las cinco imágenes del paso, porque quedaban tapados parte de los pies y parte de los hábitos con las flores; se levantaron 25 centímetros de los que es el suelo del paso para estar por encima de las flores”.
Y como en cada Semana Santa, la preocupación por la lluvia, aunque Primitivo Moya, prefiere “no pensarlo, es un agobio”, aunque “ahora tenemos muchos más juicios de valor que antes; era complicado saber si iba o no a llover y ahora prácticamente lo sabemos seguro y a qué hora puede empezar”.
La verdad, añade, “es que es triste que después de tanto movimiento de gente, de tanto trabajo, colocando, limpiando, arreglando, preparando… que no se pueda salir y el trabajo haya sido en balde y luego tengamos otra vez que volver a meter todo en su sitio sin poderlo sacar. Pero hará el tiempo que haga, prefiero no agobiarme en ese sentido”.
Y como el resto de las cofradías, este año su procesión contará con Zona TEA. “Si esto ayuda a que puedan ver tranquilos la procesión, bien hecho está, porque no es un esfuerzo que no podamos hacer, no es nada extraordinario”.