Tal como están las cosas entre nuestros gobernantes, lo veo difícil, no sé si usted es más optimista.
Para ello, deberían darse algunas condiciones que voy a desgranar. Hoy lo focalizaré en las llamadas actitudes conservadoras y liberales. En las próximas semanas me centraré en las actitudes abiertas y dogmáticas, por un lado, y en las erotofóbicas-erotofílicas, por otro.
Actitudes conservadoras y liberales
Desde el punto de vista de pensamiento político-social, las actitudes se suelen clasificar en conservadoras y liberales. Conservadurismo y liberalismo son dos extremos de un continuo.
En relación a la sexualidad, la familia, el aborto, etc., las personas conservadoras piensan en términos más tradicionales y convencionales; mientras las liberales son menos convencionales y están más cerca del pensamiento de los jóvenes.
Pero estos dos conceptos son bastante imprecisos, porque los pensamientos e ideas sobre la sexualidad han cambiado mucho en las últimas décadas, desde la democracia. Antes los conservadores estaban más cerca de la religión y ahora, aunque sigue siendo verdad, no son pocos los conservadores que, en materia de sexualidad, piensan como los liberales, porque ha cambiado la manera de pensar dominante en nuestra sociedad.
Divididas las ideologías políticas en dos grandes campos, el conservador y el liberal, se define la actitud como una dimensión a lo largo de un continuo con dos extremos, el liberal y el conservador. Las personas estarían en algún lugar de ese continuo.
CONSERVADOR ------ LIBERAL
Los más conservadores, en los temas polémicos sobre la sexualidad suelen mantener posiciones más propias del pasado y las personas más liberales suelen estar más cercanas de los tiempos actuales sobre: relaciones sexuales de los adolescentes, jóvenes, viejos, personas con discapacidad, homosexualidad, transexualismo, aborto, poliamor, educación sexual, etc.
Pero en sexualidad son frecuentes las escisiones y contradicciones. Por eso, las medidas generales sobre las actitudes sexuales pueden ser imprecisas. Por ejemplo, hay muchas personas muy liberales en sexualidad, y a la vez, muy conservadoras en el tema del aborto u otros.
Además, desde el punto de vista de las generaciones, a lo largo del ciclo vital, es frecuente que las personas sean más liberales en la juventud y más conservadoras en la vida adulta.
Las actitudes sexuales están también muy afectadas por las situaciones y los roles que desempeñamos, a lo largo de la vida. Por ejemplo, es frecuente que los padres, aún siendo liberales en las opiniones y conductas que afectan a ellos mismos, sean más conservadores cuando se trata de educar a los hijos. También es frecuente que los adultos liberales sean conservadores cuando se trata de la sexualidad de sus padres, ya ancianos. En general, el rol de la responsabilidad suele ir asociado a actitudes más conservadoras con los hijos, padres, educandos, etc.
¿Cómo deben ser las actitudes de los educadores sexuales?
Los educadores sexuales, es importante que nos concedamos el derecho a ser liberales o conservadores, sin descalificarnos unos a los otros. Lo importante no es tanto si se es conservador o liberal, sino como se vive ese conservadurismo o liberalismo, en relación con uno mismo y con los demás. Es lo que intentaremos aclarar con la siguiente tipología de actitudes, la próxima semana.
Por lo pronto, en un país no confesional, en una democracia que se supone liberal, tendríamos que aceptar bien a las personas conservadoras y liberales. ¿Ocurre esto en España?
La intimidad sexual pertenece a cada persona. Pretender prescribir una u otra vida sexual y amorosa a las personas es no haber entendido nada de los derechos humanos y de la sexualidad, como les ocurre a las del Ministerio de Igualdad, que quieren imponernos hasta el tipo de intimidad sexual.
Les recuerdo que a finales del siglo XIX ya decía H. Hellis: “No creas que la vida sexual de los demás es o debe ser como la tuya”.
Un buen educador sexual debe saber trabajar bien con personas o familias conservadoras y liberales, porque las decisiones sobre la vida sexual pertenecen a la persona, no al educador.