Los vecinos del estanque regresan tras cumplir con un aislamiento debido a un brote de gripe aviar
Aunque el parque de la Alamedilla tiene muchos atractivos, como su vegetación o los juegos infantiles, sin duda, el más emblemático e histórico es su estanque y, por supuesto, los patos, ocas y cisnes que viven en él.
Un brote de gripe aviar obligo a aislar a estas aves que cuatro meses después han regresado a su hogar, para alegría de los niños y niñas de la ciudad que disfrutaban visitando a estos animales, a pesar de que está prohibido darles de comer, una práctica que fue habitual durante décadas. Además, se aprovechó su ausencia para limpiar el estanque, que vuelve a lucir a pleno rendimiento.
Fotos de David Sañudo