BRACAMONTE
Actualizado 11/03/2023 10:44:27
Redacción

Sanitaria de Villoruela, asegura que “la administración no se preocupa lo suficiente por los profesionales y por los pacientes del medio rural”

Una historia laboral, que ya es personal, y que además se ha desarrollado en el medio rural, ya que, aunque hoy trabaja en el Hospital de Salamanca, siempre estará ligada y marcada por su Villoruela, donde también ha ejercido su pasión, ahora profesión, algo que parece suponer un aliciente a una carrera que va en continuo ascenso, pero con la idea clara de no perder nunca su presencia en el medio rural ni en su pueblo.

¿Como surgió tu dedicación por la enfermería? ¿Fue algo desde la infancia?

De manera inesperadamente, no soy vocacional, jamás pensé en ser enfermera, siempre quise ser periodista. He ido descubriendo la profesión poco a poco pero ahora mismo, ya no soy capaz de mirar la vida sin el punto de vista enfermera, me ha cambiado la forma de vivir ya que eres enfermera 365 días al año y las 24 horas al día , fuera y dentro del hospital. Me encanta y me apasiona, desde la faceta asistencial hasta la docente.

¿Qué supone para una sanitaria joven hoy trabajar en el medio rural?

Bueno, trabajo desde hace años en las urgencias hospitalarias, pero los años anteriores estuve en primaria, y estuve encantada con todo, el trabajo, los pacientes, los lugares. ¿Lo peor? La gestión. Creo que la administración sigue escuchando poco y menos a los profesionales y a los pacientes del medio rural en especial. Vas a muchos pueblos en una misma mañana con tu coche propio, apenas estás una hora en cada uno de ellos, muchos de ellos sin cobertura, sin medios para trabajar y dar una atención de calidad. Me da mucha pena cómo la propia administración trata así esta atención, cuándo es el primer eslabón de la atención sanitaria.

¿Como surgió la posibilidad de trabajar en La zona de las Villas? ¿Que ha supuesto para ti a nivel personal?

Cuando te llama la bolsa de empleo, simplemente. Fue un tiempo corto y estuve en varios pueblos de mi zona. Contaba con que me conocía la zona, no tenía que llevar Google Maps en el móvil todo el rato para ver donde estaba el consultorio correspondiente, muchos pacientes me conocían, y la comodidad de no tener que hacer 300 km para una jornada como desgraciadamente ocurre.

A nivel personal me supuse gratificación y una experiencia increíble. Me consideraba afortunada de estar trabajando “en casa”.

Antes de esta etapa en las Urgencias Hospitalarias trabajaste en Atención Primaria a nivel de la provincia de Salamanca. ¿Qué diferencia debe conocer la gente entre esta atención y la especializada?

La diferencia es abismal casi en cualquiera de los sentidos, el ritmo de trabajo el más notorio, el trato con el paciente y su familia, el tipo de trabajo a realizar, horarios y recursos materiales.

La gente de mi círculo sabe que insisto muchísimo en una buena educación para la salud. He impartido cursos para la población sobre RCP, mitos de la salud a niños y adultos. Deberíamos incidir muchísimo más en ofrecer esto. Tampoco saben por qué cosas deberían acudir a una urgencia hospitalaria, o a su centro de salud. Es increíble cómo muchísima gente de la ciudad, no sabe que tiene un servicio de urgencias de atención primaria (SUAP). También nos ayudaría que los mismos profesionales de primaria pasaran tiempo en la urgencia hospitalaria y viceversa. Conocer todos los eslabones de una atención sanitaria creo que nos ayudaría a comprender muchos aspectos.

¿Qué anécdota o momento recordarías como inolvidable? ¿Has hecho amistades entre pacientes y compañeros?

Vivo en una ambivalencia afectiva continuamente. Trabajo momentos muy traumáticos, dolorosos y a la vez surgen momentos preciosos. Como en abril de 2020, cuando veíamos morir continuamente a los pacientes por la Covid-19, y me avisaron en el triaje que a la puerta del hospital había una mujer que, acabada de dar a luz en el coche, recuerdo entrar por la puerta del triaje del antiguo clínico, con el bebé en mis brazos, aún unido a su madre por el cordón umbilical. Fue un rayo de luz entre tanta oscuridad que vivíamos por aquel entonces. Momentos tristes, muchos. Todos los días, pero no quiero entristecer la entrevista. Muchos de ellos me sigue costando digerirlos.

Momentos muy graciosos, como aquel día que estaba cubriendo una consulta en un pueblo. Recuerdo que tenía que pasar a ver a 5 pacientes en sus domicilios correspondientes y cada uno de ellos me ofreció un chupito de aguardiente. Ese día la consulta se podría haber torcido del todo si los hubiera tomado, a ver cómo les explicaba luego a las autoridades que realmente estaba trabajando.

¿Crees que está menos considerado el trabajar en un pueblo que en la capital?

Para nada, nunca lo he pensado, y habiendo trabajado en ambos lugares lo confirmo. Son trabajos enlazados pero distintos. Ni uno ni otro debería estar mejor o peor considerado.

¿La Administración facilita el que se pueda trabajar en los consultorios o centros de salud de los pueblos?

Sinceramente y siendo políticamente correcta, diría que no, pero aun así creo que tampoco es nada fácil gestionar la atención sanitaria. Tienes que llevar tu propio coche, la administración paga actualmente (y desde hace más de 20 años) 19 céntimos/km del centro de salud al consultorio correspondiente, cosa que me parece irrisoria teniendo en cuenta a qué precio está hoy en día el carburante. En algunos consultorios no tienes cobertura, ni ordenador para trabajar. Me da mucha pena por los pacientes que sufren toda esta atención asistencial, no es justa ni es de calidad. He nacido, estudiado, vivido y trabajo en el medio rural y de verdad que es insostenible que nos traten así por el hecho de estar en un pueblo.

¿Qué demandarías hoy como profesional a la Administración?

Siempre he dicho que al igual que el pintor se dedica a pintar y organiza su trabajo como mejor sabe, creo que al menos, a nosotros nos deberían escuchar de verdad, no oír, escuchar. Nadie mejor que nosotros sabe las carencias de este sistema, cómo podríamos organizarnos mejor, nadie mejor que nosotros sabe las quejas y las carencias de nuestros pacientes. Y desgraciadamente, también las sufrimos en carne propia. Recibimos insultos y amenazas casi diariamente. Y esto quema, enfada y entristece muchísimo. Estimados gestores, escuchadnos.

¿Crees que después de la pandemia estáis tan bien considerados los sanitarios como estabais?

Bueno, creo que igual. Hay de todo, pacientes que te dan las gracias y se emocionan dándote las manos. Y otros muchos que literalmente te dicen que “la próxima vez nos van a aplaudir en la cara, en vez de a las 8 de la tarde “. Ni fuimos ni seremos héroes, estábamos dónde teníamos que estar, con más o menos miedo. Fuimos (aún somos) soldados de esa guerra y nos tocó en primera línea de batalla. Sinceramente creo que no necesitamos consideración por parte de nadie, ninguna profesión la necesita, sólo pedimos respeto y educación, al igual que cuando vas a un bar o entras en una tienda.

Define tu trabajo a nivel personal y profesional en una frase

Simbiosis de profesionalidad empática, humana y cercana; necesitamos estudiar todos los días para ofrecer los mejores cuidados, pero también necesitamos ser cercanos y escuchar a nuestros pacientes. Es una simbiosis, que como su propia palabra indica, es una unión de conceptos que se benefician mutuamente.

¿Tienes intención de seguir aquí mucho tiempo?

Sí, espero que toda la vida.

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