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ALBA DE TORMES
Actualizado 10/03/2023 13:44:34
Roberto Jimenez

La enóloga, Silvia González, cuya familia desciende de la localidad de Navales, elabora unas 11.000 botellas al año de un vino redondo y equilibrado.

Roberto Jiménez / Irene Criado

Silvia González vive actualmente en Valladolid. Sin embargo sus raíces están en la localidad salmantina de Navales, de donde recuerda sus estancias en verano y los fines de semana junto a sus padres Luciano y Mari, y sus cuatro abuelos Emiliano, Damiana, Manuel y Teresa. Tanto es el lazo que la une a la comarca de Alba de Tormes, que fue en la villa ducal donde decidió contraer matrimonio, concretamente en la iglesia de San Juan.

Silvia cursó sus estudios y doctorado en Química en la Universidad de Salamanca. Sin embargo, un día se dio cuenta que no era a lo que realmente quería dedicarse y decidió trasladarse a Palencia para comentar sus estudios de Enología en la Universidad de Valladolid. Al finalizar, comenzó a trabajar en un Centro Tecnológico de Valladolid, pero tal y como explica “siempre he preferido hacer las cosas con mis propias manos” y creó una empresa de asesoría enológica para ayudar a bodegas pequeñas que no podían permitirse tener un enólogo dentro de su plantilla.

Pero todo cambió cuando pensó que lo mejor sería perseguir su verdadero sueño, hacer su propio vino y así fue como surgieron ‘El canto de la alondra’ y ‘El sueño de la Alondra’, -dos vinos tintos con Denominación de Origen Ribera del Duero- y posteriormente ‘El canario cojito’, un vino blanco con Denominación de Origen Arribes. Una producción que comenzó con una añada de tan solo 2.900 botellas de ‘El canto de la alondra’ y que en la actualidad cuenta con más de 11.000 botellas presentes en más de 80 restaurantes de toda España y también en varios países.

¿Por qué elegiste el nombre de ‘El canto de la Alondra?’

El nombre surge de una serie de casualidades, la primera de ellas fue la novela de Willa Cather que lleva ese nombre, y con la que me sentí muy identificada por el mensaje que trasmite de perseguir nuestros sueños. También el poema homónimo del trovador provenzal Bernard de Ventadorn, que me descubrió mi cuñado me encantó. De modos que fueron varios los motivos que me llevaron hacia ese canto de la alondra…

¿De dónde viene la ilustración de cada una de las botellas?

Durante mucho tiempo pertenecí a una asociación de grabado calcográfico y ese grabado al aguafuerte lo hice inspirado en un dibujo; se trata de una mujer escuchando el canto de una alondra. La etiqueta de ‘El sueño de la Alondra’ es un boceto a lápiz de una amiga, la artista Monique de Roux y la última de ellas, la de ‘El Canario cojito’ es un dibujo de mi hija Irene cuando era pequeña.

¿Cuál es el proceso para elaborar ‘El Canto de la Alondra’?

Es un proceso largo, no es fácil de explicar… Aunque antes de abrir la bodega yo ya había ganado mucha experiencia con las empresas a las que había asesorado y desde un principio sabía qué tipo de uva y barrica quería utilizar para conseguir los matices de mi vino, fue un camino largo y duro hasta conseguir construir la bodega, equiparla, tratar con las administraciones, sacar el vino al mercado, posicionarte, etc.

¿Utilizas diferentes tipos de uvas para cada uno de los vinos?

Los dos vinos tintos son monovarietales, de Tinto Fino. Y aunque la uva procede del mismo pago, en el caso de “El sueño de la Alondra” es de una zona muy especial que llamamos el picón y que se vendimia algunos días después del resto y se vinifica por separado. La crianza en barrica de ‘El canto de la alondra’ es de unos 12-13 meses mayoritariamente en roble francés (solo dos barricas de roble americano ) y ‘El sueño de la alondra’ está criado en una barrica especial de Borgoña, siempre de primer año durante 24 meses .

Sin embargo el vino de ‘El canario cojito’ es blanco, 100% Malvasía de los Arribes de Duero y criado en barrica de acacia y roble francés durante 9 meses y está dedicado a mi abuelo Emiliano, que era un gran aficionado a los canarios.

¿Existe algún truco para mejorar la calidad de la uva?

Influyen muchos factores en su calidad como la localización, el tipo de terreno, la altitud, la orientación, etc. Además, es importante hacer un seguimiento de las viñas durante todo el ciclo vegetativo y por supuesto, una selección exhaustiva de la uva tanto en la viña como en bodega.

¿Podrías definir el vino en su fase visual, olfativa y de degustación?

En fase visual no creo que haya ninguna diferencia con vinos de crianza similar. Pero quizá es un vino diferente, más sutil, en el sentido de que no le doy tanta importancia a la fase olfativa y sí a la fase gustativa, para que sea un vino redondo, equilibrado, aterciopelado y que se pueda beber pronto aunque vaya ganando matices en botella.

¿Qué sentiste al tener en tus manos la primera botella?

Fue muy emocionante. No sabría expresar con palabras lo que supuso la venta de esas primeras botellas de la primera añada en 2014.

¿A qué se debe el éxito de tus vinos?

El vino se ha ido abriendo camino por sí mismo, yo no sabía nada de marketing ni de tema comercial, pero siempre me he guiado por el instinto yendo a los restaurantes que consideraba que iban a tratar bien a mi vino y que iban a saber recomendarlo de la forma más adecuada posible.

Se trata de una producción ilimitada, pero de gran calidad. ¿Dónde podemos encontrarlos?

En los últimos años he tenido que hacer una asignación de botellas para cada uno de los clientes. Solamente en la comarca de Alba de Tormes son varios los restaurantes en los que está, por ejemplo en los restaurantes Casa el Vive, De la Santa, Don Fadrique y en La Cantina de Sara.

También fuera de Salamanca está presente en muy buenos restaurantes de la región y del resto del país, muchos de ellos con estrella Michelín.

¿Es posible encontrarlo fuera de España?

Sí, poco a poco se ha ido exportando a diversos países: EE.UU, Alemania, Suiza, Dinamarca, Holanda, Suecia, Perú, Costa Rica, Panamá, Honduras, Venezuela y Hong Kong.

¿Recomiendas algún producto con el que acompañar el vino?

No me suele gustar recomendar un maridaje concreto para acompañar este vino porque además creo que es un vino que se puede beber perfectamente solo, sin necesidad de acompañar una comida. Pero sin duda, en cualquiera de los restaurantes mencionados, sus sumilleres harán un buen maridaje con estos vinos.

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