OPINIóN
Actualizado 05/03/2023 11:07:55
Charo Alonso

"Este acto no es solo un intercambio feliz de trofeos, es un ejemplo de cómo visibilizar la labor que merece conocerse"

Me van a permitir que esta no sea una crónica al uso. Y no lo es porque la vinculación que tenemos tanto Carmen Borrego como yo con la Asociación Cultural Tierno Galván y en particular con su presidenta, Carmen Cabrera es de gran cercanía y sobre todo, admiración. Y a esto se une el hecho de que es una asociación de Santa Marta, población muy próxima a nuestro corazón de murales y gentes junto al río que nos lleva. Ese río, tan cercano, que apenas podemos oír y sí sentir en el Auditorio Enrique de Sena, el vecino ilustre, maestro de periodistas, un espacio que tiene en su primera planta un insólito Museo del Grabado que ahora guarda una exquisita muestra de obras de arte japonesas. Venir a Santa Marta siempre es un regalo… pero acudir a una entrega de premios acompañando a una persona admirada y querida, mucho más.

Se acerca el 8 de Marzo y como ya es costumbre, la Asociación entrega sus reconocimientos y el acto, con toda su calidez y cercanía, tiene este año una emotividad especial, una emoción que compartimos todos. Acompañar a María Fuentes para recoger su premio en Comunicación era una emoción grande y sentida, pero conocer la trayectoria de las mujeres reconocidas, sus historias, su entrega mucho más, porque el acto gracias a ellas se convirtió en un alegato contra la discriminación, contra la guerra, la desigualdad y la falta de visibilidad de las mujeres. Mujeres que, en la persona de nuestra directora María Fuentes, representan el liderazgo, la empatía, el camino del trabajo para llegar al éxito y a comandar, con mano firme y escuchando siempre, a un grupo humano dedicado a lo nuestro, a las noticias de una tierra que siente como propia.

Nacida en Vitigudino, de sólidos valores y tenaces certezas, María Fuentes licenciada en Periodismo, recibió la consigna de dirigir el grupo enfrentando un cambio vital para el medio y ha conseguido, junto al equipo que lidera, ponerlo en primera línea. A ella, que tan bien escribe sobre el mundo taurino, le pertenece el arte de templar con estilo y ser constante y disciplinada para llevar un proyecto en el que como afirma al recibir el galardón: “Ningún día es igual a otro. Y hay que seguir creyendo en el trabajo, un trabajo cercano, y dando voz a quien no tiene la oportunidad de salir en los medios”. María es mi jefa, la persona que coordina, sugiere, corrige, lleva la muleta y es un ejemplo de dedicación y liderazgo que agradece, siempre, a Juan Carlos López Pinto y Rafael Herrero. El reconocimiento está más que merecido.

Como merece reconocimiento la artista flamenca Tamara Navarro, bailarina, maestra, empecinada en difundir la cultura gitana a través del su arte. Genio y belleza para afirmarse: “Mujer, gitana y salmantina”, y para agradecer el premio con la sonrisa plena, la melena larga y viva, la magia de su chaqueta roja… hay mucha belleza esta noche en la que quizás no funcione el sonido… pero sí se oigan plenas todas las voces. La voz de una emprendedora que vino de Chile y se ha convertido en un ejemplo de trabajo y ejercicio empresarial en plena época de crisis. Carolina Saldivia, fisioterapeuta, que ha conseguido abrir dos clínicas y mantener un equipo de profesionales que se mantienen en primera línea. Su labor emprendedora merece el premio que le entrega Juan Carlos Bueno, concejal del ayuntamiento de Santa Marta, que como Francisco Miguel García, son la representación institucional en un acto que mantiene la emoción y el reconocimiento a la dedicación. La dedicación de la joven judoka Carla Mateos García, quien sabe muy bien lo que es el triunfo en su categoría y también sabe, como afirma contundente, que las mujeres en el deporte han sido dejadas a un lado, y que todo es poco para visibilizar su trabajo y sus logros. Logros que comparte con su familia, porque afirma la joven deportista “Es muy fácil estar al lado cuando se gana, lo difícil es estar ahí cuando se pierde”. Aparentemente frágil, segura de sí misma, Carla tiene la hermosa juventud de las mujeres ¡Tan bellas mujeres, tan fuertes mujeres! que pertenecen a la asociación Unión y Progreso Mujer Romaní, y de nuevo la palabra “gitana” vuelve a pronunciarse con orgullo y bien alto.

Mujeres gitanas dispuestas a demostrar su valía, sus valores, su condición de cuidadoras de lo suyo, de la tribu y de las costumbres. Mujeres madres, mujeres trabajadoras, estudiantes, luchadoras. El suyo es un discurso contundente, emocionado, que nos emociona. Son toda fuerza y esa fuerza se siente, como se siente, la pena, el asedio cruento de una ciudad ucraniana que se hace realidad en esta noche de frío. Se premia en la categoría de Labor Social a Francisca Bermejo, y la suya, como la de las mujeres que conocemos gracias a este acto, es una historia conmovedora, y sobre todo, inspiradora.

En Cantalapiedra, esa España nuestra no vacía, sino olvidada, se abrió la puerta a las familias ucranianas a las que no han dejado solas en ningún momento compartiendo su pena y su nueva vida. Una tarea que Francisca Bermejo coordina con sus compañeras, con el Ayuntamiento… y si ha sido emocionante escuchar a las mujeres gitanas, toda fuerza y toda reivindicación, el silencio y las lágrimas de las mujeres ucranianas es una declaración igual de fuerte. Suyo es el silencio para recordarnos aquello para lo que ya no tenemos palabras. Las palabras agradecidas de un pueblo solidario, Cantalapiedra, en ese campo nuestro del que vinieron una pareja entregada a su Santa Marta. Reconocer a la mujer santamartina del año es uno de los regalos de este acto emotivo y cercano. María Antonia González Hidalgo con su alegría de vivir, su gracia y esas nietas que la secundan y que leen un mensaje lleno de amor y agradecimiento pone el broche de oro a un acto absolutamente conmovedor.

Vidas y trayectorias que no solo nos hablan de éxito empresarial o profesional, sino de esfuerzo diario, de constancia, de entrenamiento duro, de tarea sin horarios, de ayuda a los demás, de empoderamiento donde no había nada más que la costumbre. Desde el deporte, los medios, la empresa, el asociacionismo, la solidaridad, la familia, estas mujeres llegan a lo más alto, son un ejemplo constante. Bueno es recordarlo, premiarlo, y sobre todo, escuchar sus voces. Porque este acto no es solo un intercambio feliz de trofeos, fotos y felicitaciones… no, es un ejemplo de cómo visibilizar la labor que merece conocerse, verdades inspiradoras, valientes, fuertes… tan fuertes como los aplausos con los que las despedimos, admirados, conmovidos… y sobre todo… con el deseo de cambiar las cosas y acercarnos a su ejemplo. Y lo hacemos agradeciendo la tarea, también constante, reivindicativa, cultural, plena, de las gentes de la Asociación Cultural Tierno Galván que merecen, ellos también, el mayor de los aplausos y reconocimientos.

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