La Asociación ATRA y Obesidad Salamanca ayuda a más de 35 familias de Salamanca así como de otras provincias
La Obesidad es una de las enfermedades que suponen más riesgo de desencadenar una enfermedad cardiovascular. Una enfermedad que sigue dando lugar a que muchas de las personas que lo sufren tengan una vida difícil. Sin embargo, no está reconocida oficialmente como enfermedad ni como trastorno de la conducta alimentaria.
Según el DSM-V hay como 50 trastornos de la conducta alimentaria, “de los que la población sabe muy poco o nada”. Los más comunes son la Anorexia y la Bulimia. En este sentido, “sólo se reconocen con enfermedad, las consecuencias o enfermedades que se generan por estar Obeso, como Trastorno de la conducta alimentaria, que sólo está reconocido el Trastorno del atracón”.
Para ello nació en 2019 la Asociación ATRA y Obesidad Salamanca, para cuidar y ayudar a las familias de personas con esta enfermedad. “Debido a la ‘gordofobia’ existente, la gran mayoría de los casos no se reconocen y no se acepta que hay una enfermedad, a pesar de las evidencias”, explican desde la asociación.
Actualmente trabajan con más de 35 familias de Salamanca y de otros municipios de la provincia. Pero labor no termina ahí, ya que han traspasado las fronteras provinciales y también apoyan a familias de otras provincias.
Parte de la sociedad juzga a estas personas por no seguir con los estándares de belleza que la mayoría ha aceptado, sin conocer la historia que hay detrás de cada caso. “Se daña a estos enfermos, primero porque la obesidad no se reconoce como enfermedad”, algo que hay que cambiar. “¿Quién juzga a un enfermo de cáncer, Alzheimer, a una persona con discapacidad, etc.? A estos enfermos se les juzga por comer demasiado, por ser vagos y no tener actividad física, por no saber controlarse…”, explican desde ATRA y Obesidad.
La obesidad es un trastorno de la conducta alimentaria. “Conlleva un importante componente mental, pues se les juzga más duramente porque a nivel general tenemos miedo de las enfermedades mentales”. Por ello, una enfermedad relacionada con la comida “siempre lleva una parte mental”, añaden. “Este enfermo traslada sus miedos, inseguridades, insatisfacción personal, frustración, ira…. a la forma con la que se relaciona con la comida de forma no sana. Aunque no se tenga hambre, se sigue comiendo porque hay algo en tu cabeza que no para, no se sienta saciado porque no es hambre son las emociones, sentimientos…”, explican. En este sentido, “vivimos en una sociedad que tiene gordofobia, por lo que muchos enfermos no quieran salir de casa, ni decir que están enfermos”.
Sin embargo, desde ATRA destacan que “aunque la sociedad sea culpable en los aspectos anteriores también hay que señalar que el sistema económico también daña a estos enfermos. Principalmente porque las comidas ‘no sanas’, procesadas o ultrarápidas. Hay que tener en cuenta que son muchísimo más baratas que los productos necesarios para una alimentación correcta, y en estos momentos de crisis económicas en la que en los hogares españoles hay muchísimas carencias, hay personas que solo pueden comer productos que son nada aconsejables para la salud por ser más económicos”.
La mayoría de las personas que padecen esta enfermedad son mujeres jóvenes, aunque cada vez aparecen más casos de mujeres adultas y de chicos. La asistencia médica es fundamental. “Estamos oyendo todos los días las carencias, deficiencias y listas de demoras que hay en cualquier especialidad, especialmente en la consulta psicológica”. Por ello, no hay que olvidarse que la obesidad “es una enfermedad crónica y multifactorial, cuando así este reconocido podremos acabar con la estigmatización y la culpabilidad hacia las personas que la padecen”.
En Salamanca existe una Unidad Específica en Trastornos de la Conducta Alimentaria (UTA) a la que cada vez llegan más casos. “Eso nos consta, igual que hay demora y listas de espera, como en otras especialidades”. Una Unidad que atiende de lunes a viernes en horario de 9:00 a 18:00 horas en los ingresos hospitalarios, “como si la enfermedad entrara en stop el resto de las horas, durante los fines de semana o los festivos”, explican desde ATRA y Obesidad.
En los casos más graves se procede al ingreso hospitalario en psiquiatría, siempre que se sea mayor de 18 años. Si la persona es menor de edad, la unidad se encuentra en Valladolid.
Desde ATRA y Obesidad saben que el apoyo a las familias de estos enfermos es importante y trabajan desinteresadamente por ello. “Es muy importante sentirse escuchado por personas que saben cómo te sientes sin se r juzgados, porque quien mejor te comprende es quien está pasando o ha pasado la enfermedad”.
“Las familias sufren muchísimo porque en los estados primarios de la enfermedad, no saben cómo actuar, qué les pasa a los enfermos, qué sienten……es como si algo hubiera cambiado a su familiar”. Por ello, además de su apoyo cuenta con una psicóloga que asesora y orienta a las familias.
Desde la asociación quieren seguir luchando por esta enfermedad y para los próximos meses están organizando diferentes actividades de sensibilización y concienciación, como un taller sobre la alimentación y la relación de la comida, un taller de risoterapia y charlas de prevención.