OPINIóN
Actualizado 27/02/2023 07:58:31
Jesús Garrote

Desde después de Navidad hemos empezado en Santiago Uno conversaciones con los menores todos los lunes por la mañana. Estamos varios educadores y pretendemos aplicar las técnicas del modelo terapeútico constructivista sistémico y centrado en soluciones.

Los chicos y chicas demandan esta atención individualizada en que los adultos les escuchamos e intentamos construir con ellos una versión de su vida redefinida, buscando lo positivo y soluciones a sus actuales problemas.

Todo educador, profesor y padre conversa con sus hijos o sus alumnos. Es algo habitual en el día a día. Pretende ser un espacio de formación para nuevos educadores y una mejora en la atención de los menores. Estas intervenciones nos ayudan a conocer las cosas que funcionan. Puede servir de mapa o guión en el acompañamiento del día a día.

Usamos el lenguaje presuposicional preguntando por lo positivo del chico, buscando las cosas que hace bien, de las que se siente orgulloso. Se le ayuda a creer en sus propios recursos. Para conseguir esto debemos estar muy libres de prejuicios. No es fácil que los educadores se desprendan de sus propias ideologías culturales.

No siempre es acción reacción. No para todos vale lo mismo. Pero sí usamos el mismo método, una ganzúa que abre todas las cerraduras. Creemos en ellos.

Con una pregunta escala: ¿ En qué escalón de satisfacción estás y qué vas a hacer para subir un peldaño independientemente de lo que hagan los demás?. Trabajando esto lo responsabilizamos de sus avances.

Con la pregunta milagro le ayudamos a orientarse hacia sus sueños activamente desde la realidad.

No hay recetas mágicas. Hay una filosofía sin profecías autocumplidoras en la que se externalizan las conductas negativas para atacarlas sin destrozar a la persona.

Somos varios buscando soluciones. Es curioso como hasta en las asambleas se puede conseguir intimidad.

Son niñas y niños que siempre agradecerán todos los recursos usados para empoderarlos, para darle razones para quererse y ser queridos. Les han distorsionado la mirada que tienen de sí mismos.

Un educador que ha sufrido mucho con una chica y con poca empatía hacia ella. Después de ver una de las intervenciones cuando se la encontró le preguntó si podía darle un abrazo. Pretendemos que las fichas del dominó caigan en positivo.

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