"No a la guerra, sí a la solidaridad entre pueblos", reclaman los convocantes
El próximo sábado, 25 de febrero, a partir de las 20:00 horas, Salamanca acogerá una concentración, frente a la Subdelegación del Gobierno (Gran Vía, 31) para mostrar la oposición "a la guerra en Ucrania
y todas las guerras, y contra la política de muerte de los bloques de poder mundial, ya sea la OTAN o la Rusia de Putin".
"Hace 100 años, en el marco de la I Guerra Mundial, los movimientos obreros mundiales (por entonces apenas europeos o norteamericanos) ya manifestaban su no a la guerra con aquel “guerra a la guerra” o su “paz entre pueblos y guerra entre clases”, desvelando con estos sencillos lemas cuál sea el alma de todas las guerras: la necesidad de las élites y clases dominantes mundiales de mantener y perdurar en sus privilegios a costa de lo que sea, de la guerra si es necesario, de la eliminación física de quienes no les caben en sus cuentas de resultados, de quienes valen más muertos que vivos en la contabilidad de la necropolítica", señalan los convocantes de la concentración en un comunicado.
En todas las guerras "siempre morimos los mismos, los mismos somos perseguidos o ajusticiados como desertores, las mismas madres paren soldados, las mismas personas mueren como efectos colaterales, las mismas huyen como refugiadas y para las mismas de siempre falta lo más básico".
En todas las guerras "los políticos azuzan el patriotismo más deleznable, los generales y oficiales al mando condenan a morir a sus subordinados y los magnates y sus corporaciones se enriquecen aún más".
No es solo la guerra en Ucrania, afirman, son "las 60 guerras que el planeta soporta cada año, con nuevas y viejas guerras que suman en las cuentas de la necropolítica, en un mundo que colapsa devorado por la avaricia de quienes están resueltos a sostener su modo de vida sobreabundante a costa de quienes carecen de lo más esencial".
"Quienes compartimos esta conciencia no formamos parte de ese 1% que puede influir en las decisiones políticas importantes, y menos aún podemos parar la guerra. Quienes compartimos esta visión sabemos que ni siquiera la democracia, la realmente existente, nos permitirá salvar nuestras vidas llegado el caso. Cuando el jinete de la guerra cabalga nada se resiste a su ímpetu, ni leyes ni razón ni justicia, solo la muerte a su paso".
Añaden que "tampoco vamos a cometer el error de enfundarnos en banderas o himnos para engañar a nuestro miedo, demasiadas veces unas y otros solo sirven para tapar el olor de los cadáveres".
Porque "tenemos miedo. Miedo a que la guerra nos quite el sentimiento de humanidad que apenas nos queda. Miedo a que el odio, la ira o la estulticia nos ahoguen. Y a pesar del miedo, damos testimonio, ponemos nuestros cuerpos a la vista de todas y, una vez más, decimos no a la guerra, sí a la solidaridad entre pueblos, no a los bloques y gobiernos de la necropolítica, sí a la
vida, para todas", concluye el comunicado.