Al igual que ocurrió por la mañana, al desencierro de la tarde sólo bajaron dos toros
Una vez desalojado de la arena del coso el público que estaba sobre la misma para presenciar el desfile de carrozas, llegó por fin –sobre las 19.15 horas- el momento de la capea de la tarde, ya con la luz artificial de la Plaza Mayor encendida, debido a que, aparte de la hora que era, el cielo estaba bastante oscuro (de hecho habían caído algunas gotas de lluvia durante el desfile de carrozas).
Si por la mañana había habido una baja antes incluso de empezar el encierro entre los astados de la ganadería de El Pilar designados para el mismo (producto de una lesión en la jaula del camión), al poco de empezar la capea de la tarde hubo otra, consecuencia en este caso del violento impacto contra un burladero de un toro, que se quedó cuanto menos totalmente aturdido, con lo que tuvo que ser devuelto enseguida a los toriles.
De este modo, la capea ‘real’ se compuso de dos toros, ambos colorados, que dieron algo de juego a recortadores y maletillas. Tras apenas 25 minutos de capea, empezó a sonar ya la campana de la Casa Consistorial, anunciando un desencierro inminente, pero éste tuvo que retrasarse cuando estaba cerca de salir por un nuevo problema inesperado: un apagón de luz sobre las 19.44 horas en la zona de los pinos.
De este modo, fue necesario avisar por megafonía a todos los espectadores situados en el recorrido que “debido a un problema eléctrico en los Pinos se retrasa un poco el desencierro”. Por fortuna, el problema se pudo solucionar rápido (tras el evento se podía ver un vehículo de Electricidad Casado en la calle Escuelas), volviendo la luz sobre las 20.03 horas, y saliendo el desencierro casi acto seguido, únicamente con dos toros por la circunstancia comentada más arriba.
Ciertamente rota, la manada alcanzó la zona de los pinos sin excesivos problemas, quedándose rezagado un toro (que dio un susto sin consecuencias en la parte alta de esa zona) y un buey. Finalmente, el toro dio una última arrancada nada más entrar en la arena de la parte baja de los pinos, alcanzando enseguida los toriles de San Pelayo, lo que dio pie a que sonase el último Campanazo a las 20.16 horas. Hay que apuntar que, coincidiendo con el retraso por el problema eléctrico, se puso a llover, que no cesó en lo que quedaba de evento taurino (la lluvia no era excesiva, pero sí constante).
Esta enrevesada tarde tuvo como noticia positiva que fue muy limpia, al igual que el global de la jornada. Así, Cruz Roja ‘sólo’ tuvo que hacer 11 intervenciones durante el día, requiriendo de traslado a la enfermería y/o a un centro médico únicamente Valentín Hoyos en la novillada. Los otros 10 atendidos fueron dados de alta in situ, tras presentar contusiones en codo o mano izquierda; heridas en codo izquierdo, rodilla, brazo o manos; o mareos (uno de ellos acompañado de una crisis de ansiedad).
Entre todos los atendidos, sólo hubo 2 mirobrigenses: un joven de 22 años por una herida en la rodilla, y un adolescente de 14 por un mareo. El resto de atendidos procedían de lugares tan dispares como Portugal, Íscar, Burgos, Villamayor, La Alberca, Cáceres, Valencia, Bilbao y Soria. La galería se abre con Jarocho saliendo a hombros de la Plaza Mayor por la calle Julián Sánchez, siendo muy aplaudido ya que había mucho público esperando el desfile de carrozas.