Si llevo con mis manos mi pobreza
al frente al alcance de las tuyas,
y miras que carezco de riquezas
que valgan para el mundo una sonrisa;
si encuentras que en la brisa del verano
mi rostro no se ofrece atractivo,
y falta en mi cabello esa gracia
del tuyo esparcido por el viento;
si encuentras en mis ojos una música
caída en el olvido de lo bello
de todo lo impoluto e inefable;
así continuaré a tu cuidado
aquí en mi pobreza donde cuento
los dones de tu nombre con mi vida.
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