CARNAVAL DEL TORO
Actualizado 09/02/2023 22:27:18
David Rodriguez

El pregón fue pronunciado a última hora de la tarde del jueves en el Teatro Nuevo Fernando Arrabal

1 | AGRADECIMIENTOS E INTRODUCCIÓN

Buenas noches distinguido público. Agradezco mucho que nos acompañen esta noche.

En primer lugar, quiero felicitar a José Luis Hernández Molina por la merecida distinción de Reloj Suelto, pero sobre todo por ser ideador de ‘Carnavaldeltoro.es’, primero como página web en Internet y posteriormente como Asociación. Gracias por tu implicación y arrojo para poner en marcha una iniciativa como esta. Y gracias por saber seducir a muchos compañeros y buscar cómplices para crear lo que hoy es esta asociación, que tan importante es para nuestro Carnaval.

Me siento muy responsabilizado. Abrumado por estar aquí. Y agradecido, especialmente porque esta invitación viene desde una asociación como carnavaldeltoro.es que es un ejemplo de participación sociocultural. Desde el momento que me lo propusieron me siento como cuando tengo que ir al dentista: “sé que no puedo decir que no, que tengo que hacerlo, aunque se también que voy a pasar un mal rato”.

Ya les advertí que a diferencia de lo que pueda parecer por dedicarme al teatro, a lo social; no he aprendido a disfrutar de la fiesta, soy muy seco, muy castellano y no se actuar. No soy actor y me intimida hablar en público aunque tenga que hacerlo con frecuencia. El problema es que como arranque luego no hay quien me pare… por lo que espero no decepcionarles, ni a ellos ni al público, y, al menos ser capaz de hacerles pasar un rato agradable e invitarles a pensar sobre nuestra fiesta, que es pensar en nuestra Tierra.

Quizá este año me han elegido porque algunos han querido ver en el cartel de la 25 Feria de Teatro un guiño al Carnaval al elegir una campana como motivo central que nos pueda llevar a pensar en el Reloj suelto o en la “campana gorda”. Hemos optado por utilizar la campana como elemento representativo, por todo lo que significa: es un símbolo fundamental para nuestros pueblos, un emblema de orgullo rural, como el teatro maneja unos códigos comunicativos propios y sirve para comunicar, para convocar al encuentro, a la reunión.

También este año, después de 25 ediciones, hemos renovado nuestro logo, que igualmente sugiere una campana, pero sobre todo ha querido inspirarse en el concepto de ojo, tan presente en nuestro patrimonio (los ojos de los arcos de la muralla, los de Puente Mayor, los arcos de ventanas y los del claustro de la catedral donde se presentó Civitas por primera vez en 1997). Un logo dedicado tanto al público como a los profesionales, que vienen hasta Ciudad Rodrigo para VER espectáculos.

Les advierto también que esto no va a ser un bululú (una interpretación de un solo actor, un monólogo), ni será un pregón al uso, sino que será algo que compartiremos y haremos juntos. De su implicación también dependerá que cuando salgamos nos sintamos un poco mejor de cómo hemos entrado.

En nuestro trabajo siempre decimos que nosotros no somos los protagonistas, ni siquiera los actores, sino que el público es el protagonista, la gente es la protagonista; por lo que voy a ser fiel a nuestros principios metodológicos, que se ciñen a la participación (al trabajo en grupo) y al juego.

El teatro, como el Carnaval, es rito, y es juego. Por ello les invito a empezar con un jueguecillo, uno muy sencillo con el que empezamos en ocasiones la formación de nuestros grupos de trabajo.

Les propongo un juego a modo de calentamiento. Es muy sencillo. Se llama “Se abre el telón”.

Ven, mejor así, que vayamos construyendo el pregón entre todos y todas. ¡Ahora sí! ahora ya estamos listos para meternos en “farina”.

En Carnaval, más que nunca, tenemos permiso para hablar con libertad, por lo que espero no desafinar. Por lo tanto, pretendo compartir unas reflexiones, algunos conocimientos y varias dudas. Tomemos este acto como una conversación. Mi intervención estará dividida en seis partes, una por cada puerta de la Muralla. Pero ya solo quedan cinco.

MORALEJA: “El que quiere de esta vida todas las cosas a su gusto, tendrá muchos disgustos”[1]

(SUENA LA CAMPANA RELOJ SUELTO QUE ANUNCIA EL SIGUIENTE APARTADO)

2 | DE CÓMO UN CHICO DE PIZARRALES ACABÓ EN CIUDAD RODRIGO

El proyecto de la Feria de Teatro fue lo que me trajo a Ciudad Rodrigo. Y agradezco mucho que se hayan acordado de la Feria para un acto como este, pues no les niego que en muchas ocasiones nos sentimos solos y faltos de cariño. Pero lo cierto es que si hablamos de teatro, es fácil vincularnos con el Carnaval.

La responsabilidad de participar en este acto es aún mayor cuando recuerdo a todas las personas que han sido mis predecesores como pregoneros de carnavaldeltoro.es, alguna incluso vinculada con la Feria de Teatro desde sus inicios como Rebeca Jerez a quién ya estamos esperando escuchar en el Campanazo. Todas personas con pedigrí mirobrigense que han dejado el listón muy alto. Tengo que reconocer que mi ADN mirobrigense no es puro, …nadie puede ser perfecto; pero como dicen, uno no es de donde nace, sino de donde pace; o mejor aún, como dice una canción[2]: “mi patria en mis zapatos” …porque me gusta sentirme de allí por donde camino y me implico.

Una de las cosas que más me sorprendieron cuando empecé a frecuentar Ciudad Rodrigo fue una pregunta que se repetía constantemente durante los primeros años: “¿Y tú?? ¿…eres de aquííi??. No preguntaban de dónde eres, sino que pretendían confirmar si era o no de aquí, pues ya sabemos que ser farinato es un valor adicional. Quizá fuese porque extrañase que “un forastero” se preocupase tanto por nuestro pueblo. Y así fue dos o tres años, hasta que un día, estando en una sala de espera del hospital clínico escucho a unas personas decir mientras nos señalaban “mira, esos también son de Ciudad Rodrigo”. Ya no había dudas. Yo, que por edad ya le he dado la vuelta al jamón, aún a veces tengo una vaga sensación de culpabilidad por no tener el RH farinato, pero uno no elije donde nace (salvo los de Bilbao). Ya me gustaría a mí tener 8 apellidos mirobrigenses, se imaginan: …Manuel Vegas Caridad Risueño Solórzano Carpio Paniagua Castaño, en lugar de González Fernández, a secas. Iniciando el siglo XXI dejé otros trabajos para dedicarme de lleno a los proyectos de Civitas, por lo que estábamos construyendo desde el marco de la animación sociocultural y que me ligaba a trabajar por el territorio y al desarrollo social. Desde entonces estos proyectos más que un medio de vida son una forma de vida. Y ahí me atrapó Ciudad Rodrigo, porque uno se queda atrapado cuando le duelen las cosas. Y a mí me duele Ciudad Rodrigo, un lugar con todas las posibilidades del mundo pero con anclas pesadas que le impiden volar.

Como les digo, “mi patria está en mis zapatos… y mis manos son mi ejército”. Mis pasos me trajeron a Ciudad Rodrigo de la mano de Juan Carlos Sánchez, junto con Rosa García Cano y Javier de Prado; pero parece que todos los caminos me conducían a Ciudad Rodrigo, pues me he encontrado multitud de casualidades en mi vida que me vinculan con esta tierra; como por ejemplo que mi padre llevaba meses trabajando aquí cuando yo nací.

Pero no fue hasta el 2 de enero de 1997 cuando tuvimos la primera reunión formal que más tarde daría lugar a la Asociación Civitas cuando tome plena conciencia de donde me encontraba. Fue al hacer un análisis de la realidad de Ciudad Rodrigo y la Comarca cuando tomé conciencia del valor de esta tierra y la importancia de sus tradiciones, y de manera especial el Carnaval del Toro, que es un hecho cultural que condiciona la vida social de nuestra localidad rebasando a veces el sentido común.

Como nos pasa a muchos, desde hace tiempo vivo el Carnaval más a través de mis hijos que por mí mismo. Ellos si tiene RH farinato. Recuerdo clara-mente a mi hijo vestido de payaso o de bombero en el baile infantil que se celebraba en este patio de butacas en diferentes años, o recuerdo aquellas fotos en la plaza de toros junto al ayuntamiento en que se disfrazaron de rey y elefante aquel año que se destaparon los alegres viajes del rey Juan Carlos con Corina… Pero sobre todo ahora lo vivo como padre de dos veinteañeros amantes del Carnaval, con todo lo que eso significa y pueden suponer, que podemos resumir en que un pañuelo del Campanazo viste durante meses la habitación de mi hija.

MORALEJA: Por Carnaval, todo el mundo es igual[3]

(SUENA LA CAMPANA RELOJ SUELTO QUE ANUNCIA EL SIGUIENTE APARTADO)

3 | DE COMO LO QUE IMPORTA ES LLEGAR TODOS Y A TIEMPO

Llevo más de media vida en Ciudad Rodrigo, trabajando con compromiso e imaginación por abrir las ventanas para que entre aire fresco, pues en las casas, sino se ventila, el aire se vicia y acaba emborrachando, atontando y adormece; y este fue uno de los objetivos con los que se creó la Feria de Teatro. ´

La primera actividad de Civitas fue participar en el Carnaval, interviniendo fuera de concurso en el desfile de grupos y carrozas en 1998. Ahí aparecimos una troupe de ocho personas caracterizados como cómicos con una imagen de las tres columnas cosida en el pecho, que de una forma teatral hicimos una llamada de atención sobre lo que sería la Feria de Teatro, en lo que hoy llamaríamos una performance pero que sin duda podríamos decir que era una mojiganga; y dejó una estampa que para nuestra sorpresa años más tarde la revista Pronto utilizaría como fotografía principal para hablar del Carnaval del Toro, así como algún especial de otras publicaciones.

No fue la única vez que participamos en los desfiles de Carnaval, pues nuevamente en el año 2001, salimos un grupo de 24 personas para hacer otra intervención denominada “El Eurocarnaval”, con la intención de ir promocionando la llegada del Euro, en una actividad amparada en aquel momento por Don José Manuel de Luis Esteban, mirobrigense de pro a quién tanto agradecemos sus desvelos por Ciudad Rodrigo y de forma especial por la Feria de Teatro. Mucho le debe esta tierra a José Manuel, pregonero mayor del Carnaval de Toro allá por años ochenta, pues su trabajo discreto y silencioso ha aportado enormes beneficios para Ciudad Rodrigo.

Y en 2007 volvimos a participar en el desfile de carrozas, esta vez a concurso. Cumplíamos diez años y echamos el resto, construimos una carroza enorme y una veintena de personas recreamos una compañía de cómicos para animar y dar color al Carnaval. Obtuvimos un Premio Especial Accesit, una categoría que no existía, pues nos dieron a entender que nos “sacaron” fuera de concurso argumentando que nosotros “éramos profesionales”, limitando nuestro derecho a participar como cualquier otra asociación o colectivo, pero nuestra participación era de carácter popular, y nada tenía que ver con lo profesional. Nos habríamos quedado más tranquilos sin recibir ningún premio que uno especial, y si les soy sincero eso nos desanimó y desde entonces no hemos vuelto a participar.

En la última década desde la Feria de Teatro hemos sido más espectadores que actores en el Carnaval, echando una mano en lo que podemos cuando nos piden prestado algún material o asesoramiento, pero sin una intervención activa como equipo. Incluso en alguna ocasión hemos sido nosotros los que hemos pedido ayuda a los protagonistas del Carnaval, como en la 18 Feria, en la que un buen número de integrantes de la Rondalla III Columnas participaron en el espectáculo “La Ola flotante” que se realizó en el río Águeda.

Los toros también han estado presentes en la Feria de Teatro, pues son muchos los espectáculos donde la tradición taurina es palpable o inspira los textos. Muchas veces desde el humor, que no siempre el público intransigente está preparado para entender, como aquella noche en el Patio de Los Sitios en la que tres jóvenes abandonaron la grada indignados por una chanza que los actores hacían sobre la virilidad de los toreros, por el traje de luces, tan ajustado y colorido. Tanto en el Teatro como en el Carnaval se rinde culto a la burla, a la ironía y al sarcasmo, aunque hay veces que no estamos educados para comprenderlo ni encajarlo.

Y hablando de toros, aunque no sea especialmente taurino sin embargo si tengo fama de “torero”, pues no en vano todo el año me toca andar con capa y capote toreando diferentes situaciones, lidiando con gentes variopintas, que veces embisten sin nobleza, toreando con mano izquierda y hacer frente a derrotes en cualquier momento.

Podríamos hacer un repaso de lo que vincula la Feria de Teatro al Carnaval de una forma muy sencilla revisando los libros del Carnaval, que sin duda son uno de los documentos más interesantes para conocer lo que acontece en Ciudad Rodrigo cada año, y se puede hacer un interesante análisis sociológico a través de sus páginas. Desde 1997 tenemos la fortuna de ser invitados a hacer alguna colaboración, y la primera vez que se habla claramente en el libro del Carnaval de la Feria de Teatro es en 1998, cuando Juan Carlos Sánchez publica un artículo que certifica lo ya publicado el año anterior y que es toda una declaración de intenciones: “Civitas Animación Teatral o el rearme moral del 98”. En este artículo, denuncia aspectos que un cuarto de siglo después sigun lamentablemente vigentes, como la apatía, la despoblación o la falta de creatividad que están sembrando nuestro campo de sal.

Pero de todos los artículos del Libro del Carnaval, mi favorito es el que escribió nuestra querida Rosa María García Cano, dedicado a repasar las acciones de Civitas a lo largo de nuestros primeros diez años y de forma específica reivindicar el añorado programa “Barrios para el Teatro”. Lo iniciaba con el siguiente relato:

Se titula APLICÁNDONOS EL CUENTO.[4]

Una vez en un pueblo de África una niña regaló a su maestra un hermoso caracol el día de su cumpleaños.

-¿Dónde lo encontraste pregunto la maestra?

La niña le contó que esos caracoles se hallan solamente en una playa muy lejana. La maestra se conmovió profundamente porque sabía que la niña había caminado muchos kilómetros para buscar ese caracol.

-No debiste haber ido tan lejos para buscarme un regalo.-comentó.

La niña sonrió y contesto: Maestra, la larga caminata también es parte del regalo.

El camino es el regalo. Por ello los procesos son tan importantes para nosotros. Como dice Rosa en este artículo, desde Civitas “nunca quisimos plantear la Feria como un acontecimiento aislado, que ocurría solo durante una semana al año, y que se diluyera sin más “consecuencias”; nuestra inicial intención siempre fue proponer la Feria como el motor de todo un proceso de desarrollo cultural que tuviera ramificaciones en el tiempo y en los hábitos culturales de los ciudadanos de Ciudad Rodrigo. Y solo con la perspectiva del tiempo que ha pasado podemos comprobar que así ha sido”, ….aunque aún queda mucho trabajo por hacer.

Todo el éxito del Carnaval, como el de la Feria, no sería posible sin la participación, sin el trabajo en equipo. El mérito es del grupo, y para ello el asociacionismo es la mejor de las herramientas; porque como decía León Felipe en una de sus poesías: “Voy con las riendas tensas y refrenando el vuelo, porque no es lo que importa llegar solo ni pronto, sino con todos y a tiempo.”[5]

MORALEJA: No tenemos compromiso con el éxito, pero si con el trabajo.

(SUENA LA CAMPANA RELOJ SUELTO QUE ANUNCIA EL SIGUIENTE APARTADO)

4 | DE CÓMO EL ASOCIACIONISMO MEJORA LA CALIDAD DE VIDA DE LOS PUEBLOS

Con esta intervención, desde mi experiencia y conocimiento del asociacionismo y el trabajo en el ámbito social; quiero reconocer y aplaudir a la gente que forma carnavaldeltoro.es, pues a mi juicio sus iniciativas son lo más importante que le ha pasado al Carnaval del Toro en los últimos veinte años. Aportan dinamismo, creatividad y, sobre todo participación de los ciudadanos. Solo por poner un ejemplo: iniciativas como el Campanazo se han convertido en uno de los principales atractivos de nuestro Carnaval y en apenas tres lustros parece que es ya una tradición de toda la vida. Pero su labor va más allá, pues han contribuido a modernizar el Carnaval del Toro. En el año 2011 se “inventan” el Toro del Antruejo y se formaliza jurídicamente este grupo de jóvenes fundando la ‘Asociación Cultural Carnavaldeltoro.es’. Y a partir de ahí nos bombardean con pasión con diferentes iniciativas y actividades para enriquecer el calendario carnavalero, como las tertulias, los encierros infantiles con carretones, concursos, la novedad de introducir un espectáculo de teatro y pirotécnica el año pasado, así como están realizando una activa promoción del carnaval desde las herramientas que ofrecen las tecnologías de la comunicación

Desde la generosidad trabajan en grupo por difundir y defender el Carnaval del Toro, y quizá sin saberlo están ayudando a construir nuestra identidad desde la dinamización sociocultural. Esta asociación es uno de los mejores ejemplos de la función popular del Carnaval, donde la gente joven, la participación y la innovación son los protagonistas.

Ahora bien, esta asociación guarda un misterio “…¿dónde están las mujeres carnavaleras?”. Si estáis consiguiendo tanto solos, imaginad cuantas mayores cosas se conseguirían con más protagonismo femenino en vuestro grupo.

Para que un pueblo madure en participación son imprescindibles las asociaciones. El asociacionismo es un índice de la calidad de vida de las sociedades. A través de las asociaciones los ciudadanos somos corresponsables en la construcción social y dejamos de ser meros espectadores para convertirnos en actores.

En los países nórdicos cada ciudadano participa de forma activa en una media de siete asociaciones de toda condición. No tenemos estudios de ese tipo en nuestro entorno cercano, pero mucho me temo que los datos no serían muy destacados.

Un ejemplo: ¿saben ustedes cuantas asociaciones de Ciudad Rodrigo están dadas de alta actualmente en el Registro de Asociaciones de la Junta de Castilla y León?.... 223 asociaciones[6]. Claro está que estoy convencido que algunas no están activas hoy en día pero sus miembros no las han dado de baja, pero aún así son datos muy significativos, es un número muy importante para una población como la nuestra, y que supone el 0,6% de toda Castilla y León donde tenemos 36.258 asociaciones, lo que significa que cada ciudadano participaría en 0,015 asociaciones,… un índice muy bajo, sin duda. En Ciudad Rodrigo tocamos a una asociación por cada 53 habitantes, o lo que es lo mismo, cada vecino participa en 0,018 asociaciones. Datos muy pobres, y sin duda son una estadística que los aquí presentes pueden desmentir pues el mero hecho de su presencia nos hace intuir que son un público participativo y comprometido.

Hay un dato curioso, y es que de las 223 asociaciones, 56 son peñas carnavaleras lo que supone un 25%. La mayoría están dadas de alta jurídicamente en 1981 y 1982, sin duda bajo el influjo de Interpeñas, pues en lo que llevamos de siglo apenas un par de peñas se han dado de alta en el Registro de la Junta de CyL. Sin embargo son multitud la de grupos de jóvenes y no tan jóvenes que se relacionan como peñas para el Carnaval y no están dados de alta jurídicamente, por lo que no aparecen contabilizados en este registro; y sin duda sería muy recomendable que administrativamente tuvieran personalidad jurídica por múltiples motivos. En todo caso, creo que hay un estudio por hacer en nuestro Carnaval, como el la influencia y presencia de las peñas, desde las históricas hasta las más volátiles y temporales.

Y ya que estamos, como curiosidad, les informo que de estas 223 rodericenses, 8 son anteriores a la constitución de 1978. La más antigua que aparece en el Registro es el Centro Cultural y Recreativo el Porvenir, de 1966, si bien es evidente que esta institución existía ya mucho antes pues no en vano fue la sociedad que promovió la construcción de este teatro a finales del siglo XIX.

En 2022 se han constituido cinco asociaciones en Ciudad Rodrigo, y otras cinco en los dos años de pandemia. Esa es la media anual en la última década. Pero lo importante no es la cantidad, sino la calidad. Por ello, en esta reivindicación del asociacionismo en un pueblo con un bajo índice de participación social, quiero destacar que nos encontramos con asociaciones que han surgido en los últimos años y están haciendo una aportación notable para mejorar la calidad de vida de nuestra gente, como puedan ser a modo de ejemplo Kinema 7, Rodericus, Astróbiga o el 37500.

Y un buen ejemplo de los logros del trabajo en grupo es la Feria de Teatro, que supone un punto de inflexión en la vida cultural de Ciudad Rodrigo y se ha convertido inevitablemente en un motivo de orgullo para los mirobrigenses. Un año más, la Feria de Teatro ha sido reconocida por el observatorio de la cultura como el evento de artes escénicas más importante de nuestra Comunidad y lo acredita entre los cinco festivales más importantes de España. Cada verano Ciudad Rodrigo se convierte en Ciudad Teatro, somos una referencia en este ámbito, y el teatro debe ser un hecho diferencial que los mirobrigenses tenemos que saber aprovecharlo y potenciarlo.

Sin duda la Feria no sería posible sin la complicidad de todas las instituciones y entidades colaboradoras, de los artistas y profesionales, sin la complicidad del tejido empresarial y social mirobrigense. Y sin la complicidad del público, especialmente de los jóvenes que son el mayor motivo de orgullo para nuestro equipo de trabajo. También de entre esos cómplices, quiero hacer un agradecimiento especial ahora a los medios de comunicación que visibilizan la Feria cada año, y en especial quiero reconocérselo a algunos de aquellos que ya no están en activo y tanto nos han acompañado a lo largo de estos 25 años, como Pepe Casamar padre, Angel Peinado, Juan Tomás Muñoz y Fernando Domínguez. Al igual que con la feria, ellos también han contribuido a engrandecer el Carnaval del Toro, desde la resistencia, pues la labor de corresponsal o periodista en entornos rurales es muy difícil, es hacer mucha calle y muchos kilómetros en un esfuerzo que no siempre es compensado; bien los saben aquellos que siguen al pie del cañón.

MORALEJA: “Solo no puedes, con amigos si”. … Pues de eso se trata.

(SUENA LA CAMPANA RELOJ SUELTO QUE ANUNCIA EL SIGUIENTE APARTADO)

5 | DE CÓMO TEATRO Y CARNAVAL SON PRIMOS HERMANOS

Teatro y Carnaval son primos hermanos por muchos motivos, y en el caso de Ciudad Rodrigo aun con más razón. Ambos son rito, comunicación, encuentro y fiesta.

Ya Juan del Encina, patriarca del teatro español compuso dos piezas carnavalescas probablemente para ser representadas ante el Duque de Alba, como son la Égloga representada en la noche postrera de Carnal y la de Antruejo o Carnestollendas, allá por 1496, para ser representadas la misma noche del Antruejo. El ellas el autor aprovecha los alimentos para figurar diferentes estatus sociales, en el que combina la celebración gastronómica y carnavalesca de la fiesta, aunque ya sabemos que a todo Carnaval le llega su Cuaresma. Destaca de la Égloga del Antruejo la interpretación de un villancico hoy ya muy popular, en el que muestra el contraste entre la alegría del martes de Carnaval y la tristeza del miércoles de ceniza, y dice así:

“Hoy comamos y bebamos y cantemos y holguemos, que mañana ayunaremos. Por honra de San Antruejo parémonos hoy bien anchos, embutamos estos panchos, recalquemos el pellejo. Que costumbre es de concejo, que todos hoy nos hartemos”.

Nuestro Carnaval es mágico, al igual que el teatro es magia. Produce la magia que solo el hecho comunicativo puede ofrecer. El teatro, como experiencia artística, es fuente inagotable de creación de emociones. Las artes escénicas destacan por su capacidad de producir sentimientos, por construir comunidad y por revelarse como una herramienta fundamental para propiciar el encuentro mirándonos en el espejo de todas las preocupaciones personales y sociales.

El teatro, como el Carnaval, nos permite vivir otras vidas; nos ofrece la oportunidad de ser espectadores de otros momentos, de otros tiempos, de circunstancias inimaginables que nos enfrentan al espejo de todo lo que rodea nuestras vidas. Es una ocasión única de conocernos a través de los otros, de jugar, de crecer, de recordar, de soñar. El hecho teatral forma parte de la condición humana desde el origen de los tiempos y es una forma más de hacer comunidad. Como ocurre con el Carnaval, que triunfa porque es de la gente, es participación.

Teatro y Carnaval del Toro estamos emparentados por todo lo que compartimos. Ambos son señas de identidad para Ciudad Rodrigo, propiciamos la participación y el disfrute de la gente desde las raíces culturales y promocionamos Ciudad Rodrigo durante todo el año. El Carnaval como el Teatro, tiene su propia liturgia y una trabajada puesta en escena, con actores principales y secundarios. Y en nuestro caso compartimos los mismos espacios, las calles y plazas mirobrigenses o este teatro que es uno de los lugares donde ocurren algunos de los actos más relevantes del Carnaval del Toro, especialmente en el pre-carnaval.

Un teatro que debiera ser conocido como el teatro de los tres nombres: su nombre original como Teatro Delio (como homenajes al poeta y fraile agustino Diego Tadeo que escribía con este seudónimo), inaugurado en 1900 con capacidad para 916 personas, pero que pronto fue conocido en el pueblo como Teatro Nuevo para diferenciarlo del Teatro Principal, que estaba en lo que hoy conocemos como los pisos de Castillo y se destruyó en un incendio en 1914. Después de muchos avatares, con la llegada de la democracia y gracias a la implicación de otra asociación, la Asociación Amigos de Ciudad Rodrigo, se promovió una campaña de recuperación que finalmente se materializa con la reinauguración del teatro en 1994; pasando a tener el nombre actual en el año 2008 al añadírsele a Teatro Nuevo el nombre del dramaturgo Fernando Arrabal.

El teatro occidental nace en antigua Grecia con una función política y educadora, así como con la intención de provocar una reacción catártica, de vaciado emocional entre los espectadores, que bien podríamos comparar con la borrachera de emociones que se vive en Carnaval antes del presumible recogimiento de la Cuaresma. En Grecia la comedia destacaba por su carácter burlesco y paródico, y el drama por la sátira. ¿Acaso no son estos elementos propios del Carnaval?

Teatro y Carnaval comparten sinónimos como: farsa, fiesta, mascarada, bufonada, burla, chanza, broma, mofa, befa y mojiganga. El Carnaval es la fiesta, es exceso, es el momento para recrear la vida cotidiana desde la burla.

En los Siglos de Oro español con el carnaval terminaban los tiempos de Comedias, pues en Cuaresma no estaban permitidas las representaciones, momento que las compañías de teatro aprovechaban para descansar y preparar las obras nuevas. El teatro, tal y como se hacía en los corrales eran un auténtico festejo, donde además de la comedia se “echaban” varias obras breves. Se empezaba la función con música de guitarras que avisaba a los oyentes de que se iba a dar comienzo. A continuación iba una loa, destinada a llamar la atención del público. Se hacía tras ello la denominada primara jornada de la comedia, después de la cual y sin interrupción se representaba un entremés. Después la segunda jornada y otro entremés, o bien una jácara, baile o mojiganga: para terminar con la tercera jornada y cerrar con música y baile o mojigangas. De estos géneros teatrales breves, destaco ahora uno de ellos: la mojiganga.

Le mojiganga, en su origen, fue una farsa representada con máscaras y disfraces típicos en las fiestas públicas de raíz carnavalesca. O dicho de otro modo, es una obra breve de carácter carnavalesco donde lo principal es un desfile de personajes extravagantes[7]. En los corrales de comedias, las mojigangas eran desfiles de actores que bailaban disfrazados al son de una música estrepitosa y en muchos casos así se ponía fin al espectáculo.

Entre los géneros teatrales desarrollados en el Siglo de Oro, es el de la mojiganga el que se convierte en paradigma de la fiesta burlesca y de lo grotesco que impera en las celebraciones carnavalescas. En muchos casos, este baile dramático es en realidad la versión pantomímica y mascarada jocosa de las finas máscaras cortesanas.

En Latinoamérica se registra el uso del término mojiganga en 1637, referido a una danza callejera durante los carnavales. En ella, el mimo era más importante que la palabra, y estaba protagonizada por actores que imitaban a animales. Actualmente han dado lugar a un sinfín de fiestas populares con mascaradas grotescas, tanto al otro lado del charco como aquí.

En otros lugares, como en algunos de Cataluña, se entiende por mojiganga de manera genérica como una representación danzada en la que, por medio de unos ejercicios gimnásticos y unas construcciones humanas, se representan escenas de la pasión de Jesucristo, aunque también puede representar otros argumentos. Algunos autores incluso sostienen, que los castillos humanos, los castellers, son una evolución de estas mojigangas.[8]

De hecho, aunque las mascaradas son propias de los antruejos y de forma especial del martes de carnaval; podemos reconocer infinidad de mascaradas asociadas a las fiestas de invierno, propias ya del periodo precarnavalero. Hay un elemento en el que suelen coincidir, como son la utilización de vestuario estrafalario, de utilizar máscaras y accesorios para representar “el mundo al revés”, con bullicio y gritería cual Fiesta de los Locos. La utilización figurativa representa al demonio o simulan animales.

Los animales son protagonistas siempre en muchos antruejos, bien animales domésticos y simbólicos como el gallo, el cerdo o el burro, representados de múltiples formas pero sobre todo con máscaras, o bien animales mayores como el oso o los bóvidos. Y es en el caso de los bóvidos es donde nos encontramos con singulares diferencias en nuestro entorno salmantino, con fiestas de carnaval donde vacas y toros son los protagonistas. Vacas figuradas como como la Vaca del Antruejo, la Vaca Pendona, la Vaca Prima o la Tora, como la de Villanueva del Conde. Pero todas ellas son mascaradas, representaciones teatrales que hoy nos recuerdan a los encierros de carretones, y solo en Ciudad Rodrigo encontramos que un animal vivo, de culto ancestral como es el toro, es el eje de la celebración del Carnaval. Eso es lo más singular de nuestros Carnavales. Lo que más nos diferencia.

PROPONGO EL JUEGO DE LA CHISTERA MÁGICA.

MORALEJA: “Toda la vida es sueño, y los sueños, sueños son”

(SUENA LA CAMPANA RELOJ SUELTO QUE ANUNCIA EL SIGUIENTE APARTADO)

6 | DE LA LISTA DE LOS DESEOS Y OTROS MENESTERES

Como les dije, este es un pregón que anuncia fiesta, pero también un discurso para agradecer, recordar, explicar y reivindicar; pues eso es también el Carnaval, un momento de denuncia social. Me encantan los disfraces incisivos y espero ansioso sorprenderme con reivindicaciones en los desfiles de carrozas y grupos de humor. Todos aguardamos con gran curiosidad escuchar las puyas de las coplas de la Rondalla, y con un cierto morbo curioso ver donde ponen el tino este año.

Antes hacía alusión a algunas de las celebraciones del Carnaval en nuestro entorno. Hay una celebración que se realizaba en San Martín del Castañar y de la cual no he localizado documentación, pero si la conozco por las explicaciones de mayores del pueblo, por trasmisión oral, que la llamaban La pared de los payasos. Era una celebración muy sencilla, para lenguas afiladas y mentes ágiles, en la cual los vecinos se reunían frente a la pared del frontón y a quién le apetecía salía para hacer una rima, una chanza, una burla o una reivindicación. Vamos, Shakira sería la reina de La Pared de los Payasos clara-mente. Y quiero inspirarme en esta tradición perdida para concluir mi intervención con algunas reflexiones a modo de denuncia o reivindicación, con afán de que les sal-pique

Reivindico el poder de la cultura y la educación para el progreso de los pueblos.

Reivindico el poder del asociacionismo para vertebrar nuestra sociedad.

Reivindico la necesidad de cuidar, proteger y adecuar a los nuevos tiempos nuestras tradiciones y la justicia de fortalecer nuestras raíces como señas de identidad con las que mirar el futuro.

Reivindico la necesidad de trabajar por el bien común.

Reivindico una vez más que cuando se acometan reformas en el espacio público, se piense en el uso que pueden hacer los ciudadanos, se piense en que puedan acoger la programación de actividades culturales, no solo actuaciones de la Feria de Teatro, sino que puedan ser un verdadero punto de encuentro vecinal. Sería interesante poder disponer de un pequeño auditorio al aire libre en la localidad, sería importante que los patios y claustros nobles de Miróbriga pudieran ser disfrutados más aún por los ciudadanos, tanto locales como foráneos. Al igual que reivindico la idoneidad de contar con un espacio cultural multiusos, pues durante el año para algunas cosas el Teatro nos viene grande y un nuevo espacio desahogaría notablemente su utilización.

A veces nos quejamos de que si las energías que ponemos en el Carnaval, las pusiéramos también en otros proyectos, en Ciudad Rodrigo seríamos la bomba. No nos pararía nadie. Pero sin embargo nos seguimos desangrando, perdiendo una media de doscientos habitantes al año, sin capacidad de retener o atraer talento. En ocasiones tengo la sensación que vivimos “amurallados”, y necesitamos ser más permeables a los cambios.

Si las administraciones públicas de verdad quieren luchar contra la despoblación deben demostrarlo aportando inversión pública de manera decidida y duradera, no solo con discursos políticos y artículos periodísticos. Tenemos que estimular la fortaleza de las “T”: la T de Toro, de Tecnología, de Tierra y Territorio, de Tradición, de Turismo y de Teatro, como hecho diferencial en Ciudad Rodrigo y que estamos desaprovechando en muchas ocasiones. Para ello necesitamos Tiempo (perseverar) y Temperamento (carácter e implicación) para Transformar. Creo, desde una óptica muy personal, que nos hemos acostumbrado a que decidan por nosotros. En nuestro entorno ha arraigado ya el desaliento porque ya estamos muy desgastados. Es comprensible, pero no es conveniente permitir que se decida sobre nuestro territorio desde un despacho en Valladolid, en Madrid o en Bruselas. Es importante que las instituciones más cercanas a los ciudadanos dispongan de más apoyos, recursos y capacidad; así como que el tejido social cuente con apoyos suficientes por parte de las instituciones públicas. Estamos demasiado acostumbrados a recibir “limosnas” como migajas en el reparto de los presupuestos públicos sin que las administraciones entiendan que la sociedad civil organizada pueden ser los mejores aliados a la hora de racionalizar la inversión pública. Los ciudadanos debemos ser partícipes y corresponsables de lo que pasa en nuestra tierra, pero a veces pienso que caminamos con anteojeras, arrastrados por la vivencia de comportamientos atávicos, mirando siempre por el retrovisor en lugar de poner las luces largas. Y necesitamos mirar también con prismáticos, mirar al futuro. Todo ello pasa por capacidad de inventiva y por diseñar políticas culturales del siglo XXI, por trabajar con valentía y amplitud de miras, con proyectos a medio y largo plazo que sin duda mejorarán la calidad de vida de los mirobrigenses. Sin renunciar a lo existente, nuevas miradas son necesarias, porque aún estamos a tiempo.

Como les decía, a mi me duele Ciudad Rodrigo, me duelen los esfuerzos inútiles, las energías mal administradas, el talento que se desaprovecha, el olvido, la pérdida de la fe en las oportunidades de esta tierra, el clasismo que a veces observo, me duelen los carteles de se vende y las viviendas que amenazan ruina, las mentes cerradas… Pero me gana la hospitalidad y la amabilidad de nuestras gentes, la belleza que nos rodea y la historia que se respira en este cruce de caminos. Me gana su patrimonio, el río Águeda y la abundancia de gente trabajadora en un pueblo donde la Fiesta es seña de identidad, como el magnífico Carnaval del Toro.

Y termino con una última reivindicación en la que sé que se está trabajando intensamente y a la que me adhiero. ¡Ya es hora de que se reconozca el Carnaval del Toro como Fiesta de Interés Turístico Internacional!

¡Os deseo un Carnaval estupendo! De tolerancia, templanza y ternura. Sin tabús, sin trampas y sin tristeza. Un Carnaval trepidante. ¡Viva el Carnaval del Toro! y ¡Viva el Teatro!

Acta est fabula

[1] Quevedo
[2] Canción de El último de la Fila
[3] Refrán popular
[4] (Breve relato recopilado en el libro “Aplícate el cuento” de Jaime Soler y M. Mercé Conangla”)
[5] Versos y oraciones del caminante. León Felipe
[6] Registro de Asociaciones de la Junta de Castilla y León
[7] Artes Escénicas. AA.VV. Ed. Paraninfo
[8] Moixiganga de Barcelona, http//Barcelona.cat

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