OPINIóN
Actualizado 04/02/2023 09:08:02
Julio Fernández

Isabel Díaz Ayuso lleva protagonizando episodios lamentables en la vida política española y madrileña desde que fue elegida presidenta de la Comunidad de Madrid, en 2019. Asumió un cargo en el que sus predecesores se han visto involucrados en graves casos de corrupción política; muchos de ellos están aún siendo investigados por los tribunales de justicia. Y lo asumió con un populismo exacerbado, soberbia, una ambición desmedida y patológica, odio al adversario y mala educación, cualidades impropias de un mandatario público en un sistema democrático. Todo ello porque en su subconsciente y sus ansias de poder no están Madrid como ámbito y centro de su actividad política, sino que su norte, su objetivo fundamental, es presidir su partido (como ya ha conseguido serlo de Madrid, decapitando al líder nacional, Pablo Casado, que había salido elegido por elecciones primarias de sus militantes) y ser presidenta del gobierno de España.

Este personaje que, además, atesora una ignorancia política y técnica bochornosa, en el primer pleno de la Asamblea de Madrid de este año 2023, se ha limitado, como siempre, a insultar a la oposición. Y las últimas palabras de su intervención son para que su partido las analice detenidamente porque rayan, no sólo el esperpento, sino la indecencia más absoluta, impropia de alguien que representa los intereses de los madrileños.

Por un lado, la ignorancia política y técnica la demostró cuando acusó a la oposición del PSOE madrileño de que su partido, que gobierna en España, no hace nada por trabajar en la prevención de incendios forestales y del abandono escolar, cuando estas son competencias autonómicas y no del Estado. En cambio, no dijo nada del abandono en el que se encuentra la atención primaria sanitaria madrileña, puesto que no se sienta a negociar con los representantes sanitarios -que siguen en huelga-, es más, incluso carga contra ellos porque, como no podía ser de otra manera, son la encarnación del “demonio comunista y terrorista” y están todos teledirigidos por el “gobierno ilegítimo del bolivariano y separatista anti español Sánchez”. Mientras tanto, los ciudadanos no pueden disfrutar de las políticas públicas de sanidad, educación y servicios sociales que merecen. Ya se sabe, lo que les importa es el negocio privado y para Ayuso todas las políticas –sean públicas o no- pueden ser privatizadas.

Por otro, terminó su intervención diciéndole al líder del PSOE, Juan Lobato, que a su partido “les vote Txapote” –en alusión al terrorista de ETA que cometió varios asesinatos, entre ellos el del político donostiarra del PP, Gregorio Ordoñez-. Es la misma frase que pronunció un energúmeno hace unos días ante un programa de televisión española, que amenazó al presidente del gobierno públicamente y a los periodistas de la cadena pública, en directo. Siguiendo la tesis de la señora Ayuso cuando se manifiestan contra ella libremente los ciudadanos –para ella son sicarios que envía la izquierda socialista y comunista- ¿es Ayuso seguidora incondicional de este violento energúmeno que amenazó en directo en TVE?, ¿utiliza Ayuso a este “ciudadano” como sicario para que actúe así en un programa de televisión? Absolutamente lamentable, señora Ayuso. ¿Quiénes son sus referentes políticos?, ¿si hubiera vivido en sus momentos históricos correspondientes, hubiera admirado a Calígula, Nerón, Atila, Hitler, Stalin, Franco, Mussolini o Pinochet?

Y lo peor de todo es que el líder del PP, Feijóo, no tiene el valor ni la agallas suficientes para “pararle los piés”, porque si lo intenta puede ser que Feijóo se quede de patitas en la calle y no pueda volver a entrar en la casa que reformó este partido –parte de esa reforma abonada con dinero negro, recordemos- en la calle Génova de Madrid.

Estas palabras tan burdas y despiadadas de Ayuso han sido duramente corregidas por Consuelo Ordoñez, presidenta del Colectivo de Víctimas del Terrorismo (COVITE), censurando el uso partidista de las víctimas de ETA que una vez más hace el PP. Concretamente le espetó a Ayuso que “las víctimas merecemos ser tratadas con respeto”. Acusó a Ayuso de “falta de principios y lo poco que le importamos. Así no señora Ayuso”. ¿De esto tampoco tiene nada que decir el señor Feijóo, que, como siempre, calla con una cobardía política inigualable cuando le preguntan por las miserias de su partido?

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