Aquí en el silencio del retiro
debido al hallazgo del tesoro
hundido en las aguas del espíritu
mi sueño lo atempera tu vigilia.
Sostengo de tu don el instrumento
labrado en la madera con tus clavos
tensando en las cuerdas un camino
que va de tu tañido a mi tacto.
Sereno en el ánimo apagado
del gusto de la vida recordada
y nueva como algo no sabido,
henchido en el soplo de tu aliento
gratuito como el oro de tus ojos
mi ánima la enciendes al llamarme.
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