El centro 'Antonio de Nebrija' sirve de lugar de encuentro para la presentación de Antología de Relatos 'Contamos Todas 29 narradoras de cuento de Castilla y León'
Tiene la nueva Biblioteca de Santa Marta de Tormes un espacio diáfano y recién estrenado para la lectura y el encuentro que se abre en la noche fría del viernes, al relato y retrato de la geografía de la narración breve escrita en Castilla y León. Y es este encuentro, auspiciado por el Ayuntamiento de la localidad del Tormes, un momento de calma y descubrimiento entre libros, con lectores con fecundas ideas y sobre todo, con el convencimiento de que la cultura es y debe ser una de las señas de identidad de un municipio que apuesta valientemente por ella como afirma el teniente alcalde, en su presentación de las autoras Ajo Diz, Carmen Elena Ochoa y Charo Alonso, Francisco Miguel García Rodríguez.
Una presentación muy cálida frente a la intemperie de un hermoso volumen que cuenta con la portada de una de las artistas más reconocidas internacionalmente y más original, la vallisoletana Rosana Largo, que ha prestado su Alicia más científica y sorprendida por las maravillas del conocimiento –como sorprendidos quedan los visitantes del Museo de las Ciencia de Valladolid con la muestra de sus mujeres de la ciencia que se expone en la actualidad-. Libro publicado por Ediciones Castilla, siempre atenta a los ecos de una tierra que, sin ser marca de nada, sirve sencillamente como elemento de taxonomía e incluye a las autoras en este caso, vinculadas con Castilla y León. De hecho, en la mesa, solo una de las tres autoras es de la tierra, pero la pertenencia de las tres es la misma. Una pertenencia e identidad que no es el único tema del libro ni mucho menos, un libro caracterizado por la variedad de sus propuestas.
Compilado y prologado por Celia Corral Cañas, cuyo trabajo de búsqueda y coordinación de las autoras ha sido riguroso y afectuoso a la vez, el libro forma parte del proyecto de Ediciones Castilla “Cuentenario” dispuesto, bajo la coordinación del autor y crítico José Ignacio García, a recoger las voces del relato de una tierra muy fecunda en narración breve que ahora, dados los tiempos de la prisa que nos pueden, se revela necesario. Cuentos para contar la vida, raíces y alas que las autoras despliegan frente al lector sorprendiéndole con sus propuestas tan distintas y ofreciendo una ventana a la obra de cada una de ellas que se puede seguir perfectamente en las notas biobibliográficas que cierran el libro. Un libro en el que se trata de hacer un panorama, no cerrado, de la narrativa escrita por mujeres en la actualidad castellano y leonesa, no como un coto privado, sino como una oportunidad de descubrimiento por parte del lector.
Acto cálido, cercano, lleno de generosas intervenciones, sirvió para escuchar a Ajo Diz, autora de origen gallego, bien conocida por su prosa contundente, su conocimiento del lenguaje y su originalidad, que nos ofreció un relato “Duro e intenso”, según sus palabras, que supone desde el punto de vista formal, el homenaje de la autora a un Cortazar libre en sus cuentos e infinito en sus lecturas. A su lado, Carmen Elena Ochoa tiene el eco de su Venezuela natal, el conocimiento de su trabajo como psicóloga clínica, su tarea como Tallerista de Escritura Creativa y una defensa del lenguaje que integra, alimenta su sentido de pertenencia y gesta esa nueva identidad dual que comparte con Ajo Diz. En ambas, la raíz, gallega y venezolana, nutre su discurso literario y vital, y a la vez, la geografía de la tierra que las acoge forma parte de su esencia.
Fecundo intercambio con un público interesado por esa nueva forma de acercarse a la literatura, no impuesta por el mercado editorial –y ahí habría que felicitar a Ediciones Castilla por su apuesta por las voces diferentes-, por el relato de la España vaciada y el miedo a la producción de la literatura por parte de la inteligencia artificial, el encuentro se cerró con la lectura de un fragmento de los relatos de las tres autoras y con una frase final, broche perfecto para este espacio compartido por parte de Francisco Miguel García: “Lo que tiene alma, transmite alma”. Y nada más certero para terminar un diálogo que no solo es una fiesta en torno a un libro, sino una apuesta por la necesidad del humanismo que nos une en la tarea compartida de relatarnos, intercambiar la palabra generosa, crear el lazo, el apego, la pertenencia y por qué no, el afecto compartido entre las páginas de una biblioteca.
Fotografías: Fernando Sánchez Gómez y Ángel Alonso Domínguez