Este 22 de enero se celebraba el nuevo año chino, que este 2023 corresponde al año del conejo. Hay tradiciones que no deben nunca faltar en estas efemérides, como la de asear y decorar la casa, el recordar y rezar por los familiares fallecidos, ir de compras, ver espectáculos tradicionales y, por supuesto, el lanzamiento de fuegos artificiales y hacer planes para el año que entra. Además, suelen desplazarse millones de personas durante estas fiestas (este año se esperan más de 2 millones) para visitar a familiares y amigos. Hasta ahora todo esto muy similar a las celebraciones de Año Nuevo en Occidente pero, desafortunadamente, hay otra tradición que no falta año tras año y es la de represaliar y encarcelar a sus ciudadanos defensores de los derechos humanos.
Juan L. Hernández
Activista por los derechos humanos
China es la segunda potencia económica y militar pero también es considerada como uno de los países donde peor se respetan los derechos humanos de sus ciudadanos. Solo hay que recordar los terribles sucesos de Tiananmén donde, en 1989, miles de manifestantes (nunca se ha podido establecer una cifra aproximada debido al silencio informativo de las autoridades) fueron masacrados en la represión que llevó a cabo el ejército. Otro caso significativo es la muerte en prisión en 2017 del premio Nobel de la Paz 2010 Liu Xiaobo, encarcelado por exigir más derechos civiles para su país. La represión y encarcelamiento de manifestantes que piden más libertad en Hong Kong o también la continua represión a que se ve sometida la minoría uigur (la ONU considera que China puede haber cometido crímenes contra la humanidad contra esta etnia musulmana). Esto solo por poner apenas cuatros casos representativos y bien conocidos, todos ellos denunciados tanto por Amnistía Internacional como por otras organizaciones defensoras de los derechos humanos.
Que no se respetan los derechos humanos en China también lo constata el Informe Anual que la organización Amnistía Internacional publica todos los años, informe donde se analiza la situación de los derechos humanos en la gran mayoría de los países del mundo (en 2021 se estudió la situación de 154 países). Sobre China el pasado año, este informe viene a decir resumidamente que: “La situación de los derechos humanos en toda China siguió empeorando. Activistas y abogados y abogadas de derechos humanos denunciaron actos de hostigamiento e intimidación, juicios injustos, detenciones arbitrarias en régimen de incomunicación durante largos periodos, así como tortura y otros malos tratos simplemente por ejercer su derecho a la libertad de expresión y otros derechos humanos. El gobierno continuó con su campaña de adoctrinamiento político, detención masiva arbitraria, tortura y asimilación cultural forzada contra la población musulmana residente en Xinjiang. Se separó a miles de niños y niñas uigures de sus progenitores. En Hong Kong, la Ley de Seguridad Nacional permitió que se cometieran violaciones de derechos humanos sin precedentes desde la creación de la Región Administrativa Especial, y hubo avances limitados en el reconocimiento de los derechos de las personas LGBTI”.
Pues bien, aprovechando la celebración del año nuevo chino, ya desde hace varios años Amnistía Internacional también traslada a las autoridades chinas los buenos deseos de libertad hacia personas encarceladas por ejercer o defender los derechos humanos en su país. Estos son los cinco casos de violación de los derechos humanos que este año se presentan y los graves delitos de los que se les acusan.
Ilham Tohti, intelectual uigur que informaba sobre las violaciones de derechos humanos sufridas tanto por personas uigures como de la etnia han. A pesar de rechazar el separatismo y la violencia, la policía lo detuvo y pasó cinco meses en un lugar secreto, y en 2014 fue condenado a cadena perpetua en un juicio sin garantía.
Chow Hang-tungn es activista y abogada de derechos humanos. Está cumpliendo 22 meses de prisión por su activismo, enfrentándose a nuevas condenas por poner supuestamente en peligro la seguridad nacional a través de acciones pacíficas como la de encender velas en memoria de los manifestantes fallecidos en la represión de Tiananmén de 1989.
Gao Zhisheng, abogado de derechos humanos sometido a desapariciones forzadas, torturas, arresto domiciliario ilegal y detención a consecuencia de su trabajo. En 2017 fue encarcelado y no existen noticias de él, se teme que sea víctima de torturas y daños a su integridad física y mental, de hecho no se tiene constancia de que permanezca con vida.
Zhang Zhan es periodista que informó a través de Internet de la detención de periodistas y del acoso a las familias de las víctimas del COVID-19 en Wuhan. Desapareció en mayo de 2020 y posteriormente se reveló que estaba detenida por la policía. Cumple una condena de cuatro años de cárcel acusada de “provocar peleas y crear problemas”. Fue torturada por ponerse en huelga de hambre
Yiliyasijiang Reheman es un estudiante uigur desaparecido. En julio de 2017 las autoridades egipcias comenzaron a detener a cientos de personas uigures en Egipto y a entregarlas al gobierno chino. Desde entonces está en paradero desconocido. Aquel día detuvieron a unos 200 estudiantes, 16 de los cuales fueron deportados a China y recluidos en “centros de transformación”.
Estos son apenas cinco casos de los muchos en que defensores y defensoras de derechos humanos en China son represaliados, encarcelados e incluso desaparecidos. Muchos han sido sometidos a malos tratos y torturas durante su detención sin, en muchos casos, tener acceso a sus familiares o asistencia letrada ni mecanismos que les puedan asegurar un juicio justo y que aun puestos en libertad siguen siendo hostigados, controlados e intimidados. Año tras año y este es uno más, Amnistía Internacional los presenta a la opinión pública para que se constate cómo el desprecio a los derechos humanos en este país continúa un año más y que es algo que no debemos olvidar.