En el apogeo del día a día, entre el caos que supone vivir a contrarreloj, se encuentran ellas. En la tostada que dejamos a medias durante el desayuno, en la camisa impecable del uniforme para el trabajo, habita su huella. En la infancia de miles de niños, y en la vejez de otros tantos ancianos, existe un hueco irremplazable que solo ellas pueden cubrir.
Y aunque su trabajo se menosprecie, y se encuentre en gran cantidad de ocasiones en la sombra, el valor que supone para muchas familias contar con su ayuda, es incalculable.
El día 30 de marzo se conmemora el Día Internacional de las Trabajadoras del Hogar; aquellas personas que trabajan para sostener miles de viviendas. Las mismas que se ven envueltas en numerosas injusticias, donde sus derechos laborales están gravemente desprotegidos, al no contar con un contrato. De las más de 518.800 personas que trabajan como empleadas de hogar en nuestro país, tan solo 378.805 están afiliadas en el Régimen de la Seguridad Social.
Desde hace casi 4 meses, la vida de muchas mujeres, en su mayoría inmigrantes, da un paso hacia delante, confiando en que sus circunstancias laborales mejoren. Desde el 1 de octubre de 2022, las empleadas domésticas se acogen al mismo trato ante la ley que otros trabajadores y trabajadoras, pudiendo cobrar paro, si tienen al menos 360 días cotizados cuando termine su contrato.
Un gran paso para esta profesión, que, a diferencia de otras, se le resta valor por sus actividades cargadas de cotidianidad. Pero lo que no entendemos es que eso es lo que la hace tan importante; que existan personas que nos ayuden a mantener a flote nuestras casas, nuestros hogares, nuestros lugares seguros.
Desde Cáritas Diocesana de Salamanca, contamos con el centro Padre Basabe, dedicado a la inserción laboral de los más vulnerables, donde se realiza una labor de información, orientación laboral y acompañamiento, formación laboral, intermediación y gestión de ofertas, entre otras actividades, para servir de ayuda a todas aquellas personas que se ganan la vida con esta profesión. Una oportunidad de volver al mercado laboral a través de un taller eminentemente práctico.
Carmen González Ozores.
Voluntaria.