Entre el más del millar de incidentes, también destacan los relacionados con transporte de mercancías peligrosas, las búsquedas de personas y los incidentes sanitarios en lugar público
Más de un millar de incidentes han requerido la intervención del Centro Coordinador de Emergencias (CCE) de Castilla y León en 2022, siendo los más repetidos los rescates de montaña, seguidos de los incidentes en los que se vio involucrado un transporte de mercancías peligrosas, las búsquedas de personas y los incidentes sanitarios en lugar público.
En concreto, en 2022 se coordinaron desde el CCE 265 rescates, 193 de los cuales fueron en zonas de montaña, 37 en medio acuático, 4 en cuevas y 31 en zonas de difícil acceso.
La cifra es ligeramente inferior a la de 2021, año en el que, a pesar de las restricciones a la movilidad a causa de la Covid-19, se alcanzó la cifra más alta de los últimos cuatro años, con 278 rescates gestionados (204 de montaña, 42 en medio acuático, 1 en cueva y 31 en zonas de difícil acceso). En 2020, año de más meses con restricciones a la movilidad, se llegó a los 184 rescates y en 2019 se contabilizaron 221.
En cuanto a los recursos que se movilizan desde el CCE en estos tipos de rescate, se cuenta con las capacidades de todos los organismos disponibles, priorizando por tiempos de intervención y capacidad, según la gravedad. También es habitual que se requiera la participación de equipos especializados de rescate de otras comunidades autónomas, así como organizaciones colaboradoras, informa la Junta a través de un comunicado remitido a Europa Press.
Además, en cuanto la situación lo requiere, por tiempos de acceso y gravedad, se añade la experiencia del Grupo de Rescate y Salvamento (GRS) de la Consejería de Medio Ambiente, Vivienda y Ordenación del Territorio, conformado por especialistas en rescate de montaña y zonas de difícil acceso, que llegan hasta la persona o personas que han de ser rescatadas en helicóptero.
Al contar con un enfermero rescatador en el equipo de rescate, su intervención es vital en accidentes graves, ya que facilita las mejores condiciones sanitarias en el rescate en estos casos en los que el helicóptero de Emergencias Sanitarias Sacyl no pueda acceder por las condiciones del terreno, situaciones en las que el grupo de rescate y salvamento realiza la extracción de la persona herida y la traspasa al helicóptero de los servicios sanitarios.
El transporte de mercancías peligrosas, por ferrocarril o carretera, ha requerido la intervención del CCE en 185 ocasiones en 2022, cifra muy similar a la de 2021, año en el que el número de intervenciones fue de 183 y ligeramente superior a la de 2020 y 2019, con 154 y 157 intervenciones, respectivamente.
Los recursos que se movilizan desde el CCE habitualmente son la Guardia Civil y los bomberos profesionales, que permanecen en zona hasta que la mercancía puede reanudar la marcha.
En cuatro de los 185 incidentes gestionados por el CCE tuvo que activarse el Plan Especial de Protección Civil ante emergencias por accidentes en el trasporte de mercancías peligrosas por carretera y ferrocarril en la Comunidad de Castilla y León (MPcyl) aprobado en 2008.
Por otra parte, el CCE coordinó la búsqueda de 168 personas, 22 menos que en 2021 (en 2020, 130, y en 2019, 188). Sin embargo, a diferencia de años anteriores, los operativos de las búsquedas en ese año debieron prolongarse durante más tiempo, lo que ha supuesto un incremento de las necesidades de personal y recursos en el CCE.
En la búsqueda de personas, merece mención especial la participación de los voluntarios y voluntarias de Protección Civil que acuden de forma ejemplar cuando la agrupación o asociación a la que pertenecen recibe el aviso del CCE requiriendo su colaboración. Castilla y León contó en 2022 con 2.790 personas voluntarias de Protección Civil integradas en agrupaciones y asociaciones de Protección Civil vinculadas a las entidades locales.
En los últimos meses del año, además, el CCE coordinó dos incidentes relacionados con la búsqueda de aeronaves siniestradas, una del servicio de extinción de incendios de la Xunta de Galicia que volaba con destino Córdoba, y una aeronave tipo ultraligero que realizaba un vuelo local en el aeródromo vallisoletano de Matilla de los Caños.
El número de estos incidentes en 2022 fue de 165, superior a los de años anteriores (156 en 2021, 137 en 2020 y 113 en 2019). En estos casos el incidente se produce en una zona con dificultad de acceso para los servicios de emergencia, lo que requiere medios especializados para la evacuación de la persona afectada. Los recursos que el CCE moviliza en este caso van desde la Guardia Civil o la Policía Local hasta el GRS de la Consejería de Medio Ambiente, Vivienda y Ordenación del Territorio.
El CCE también interviene en casos de personas desorientadas que llaman al 1-1-2, que en 2022 fue en 102 ocasiones; en incendios forestales fueron 31 las intervenciones del CCE durante el verano de 2022; meteorología adversa, con cinco episodios, incendios en industria (45), derrumbes de edificios, accidentes de parapente o globos aerostáticos, servicios básicos, incendios de vivienda con necesidad de evacuación... son otros incidentes que también han requerido actuaciones.
La resolución eficaz de todas estas emergencias exige una sólida coordinación de medios personales y recursos materiales y tecnológicos que se consigue con la práctica periódica de simulacros durante los que se recrean todo tipo de escenarios críticos. A lo largo de 2022 se llevaron a cabo 5 simulacros en los que participaron los profesionales, medios y recursos que se activan más frecuentemente en la resolución de las emergencias no sanitarias.
A todos los recursos y medios citados anteriormente hay que sumar el Grupo de Intervención Psicológica en Emergencias, cuyos servicios son demandados por una autoridad cuando considera que las personas que se ven implicadas en un incidente requieren la asistencia de un psicólogo en el mismo momento de producirse el incidente.
Desde la Agencia de Protección Civil y Emergencias se insiste en la importancia de la autoprotección frente a los riesgos. Por este motivo, este 2023, año de la cultura preventiva, en el marco del Plan de promoción de la autoprotección de Castilla y León, un programa acercará la cultura de la autoprotección a los municipios más pequeños de la Comunidad.