Mi alma la cultivo en la hondura
del agua de la fuente no sabida
eterna en su hechura sin origen
preciso en el siglo por venir.
Su música apagada en mi oído
sonando en mi palabra no vertida
aquí en el poema en el silencio
oscuro de la noche sin inicio…
El alma de mi hermano en comunión
humilde con lo bello y lo sencillo
de esto que resuena con la paz…
La luna como siempre en el arriba
del sueño en la vigilia con el sol
dorando nuestro espacio con su vista…
El año como un árbol en mi patio
su fruto nos ofrece en la rama
movida por un pájaro del cielo.