Los equipos atacaron más cuando perdían. Contrasentido.
No hubo enemigo pequeño. Pero acabaron ganando los grandes en eliminatorias fundamentales.
Wenger afirmó que ganaría el Mundial la Selección que más jugase con extremos. Hubo poco juego individual, sin regateadores ni extremos para resolver las defensas congestionadas; con excesiva posesión inocua.
Salidas del balón desde el portero, tomando riesgos innecesarios en demasiadas ocasiones. Aumento del protagonismo de los porteros, siendo una tendencia muy acusada a futuro.
Las prórrogas no solucionaron ningún partido.
Las tandas de penalti han sido bastante deficientes por parte de los tiradores; y mejores resoluciones de los porteros.
El arbitraje fue notable, sin influencias negativas del VAR y con mucho acierto del nuevo Sistema Detección Fueras de Juego, con muy pocas jugadas dudosas. Muy pocas tarjetas, rojas sobre todo.
Excesivos tiempos de descuento decretados por los árbitros
Argentina con 38% posesion ganó 3-0 a Croacia; y Francia con 39% posesion ganó 2-0 a Marruecos.
Los equipos ya se han aferrado a los cinco cambios y no habrá vuelta atrás hacia los tres.