Marlizet Corado Da Silva, brasileña residente en la capital charra, nos cuenta las diferencias de estas celebraciones comparando con las de su país
Las festividades navideñas guardan su carácter religioso en los países Iberoamericanos, pero el carácter de cada comunidad, la idiosincrasia de cada región, da un sabor diferente a estas fechas tan especiales en las que las familias y los amigos se reúnen en ratos muy amenos. En Salamanca vive una brasilera, Marlizet Corado Da Silva, casada con un español, afincada en las tierras charras desde hace doce años; cuenta a Salamanca al Día cómo se vive la navidad en Brasil y ahora, en Salamanca.
En la víspera de Navidad, tanto aquí y como allá, “las familias nos reunimos. En Brasil, tenemos la costumbre, un poquito de los norteamericanos, de comer el pavo. Las familias más pudientes comen el pavo y las que tienen menos, pollo. También en diciembre se suelen tomar las torrijas, típicas también aquí. La familia se encuentra, nos gusta mucho bailar, es algo que nos encanta, bebemos mucha cerveza, porque el vino también es caro”.
Marlizet nació en Matto Grosso, luego vivió en otra ciudad, Goiania, y explica que en Brasil “celebramos las festividades en forma bastante parecida, por ejemplo, cuando estaba en Matto Grosso, en el campo, nos reuníamos las familias que estaban más lejanas, era una forma que nos gustaba para vernos una vez al año. Las distancias son tan largas que nos quedábamos juntos hasta fin de año. Comíamos, bailábamos, nos bañábamos en el río, en esta época hace mucho calor porque es verano, de hecho, hay días que llueve demasiado”.
En cambio, estando en Salamanca, “yo me adapté a las costumbres de aquí, mi esposo es español, me encantan los mariscos, las cremas de mariscos, el cordero, el lechal, el tostón, el polvorón”.
Entre Brasil y Salamanca, “me gusta Brasil, porque allí estoy con mi familia. Pero aquí, en España, estoy con mi familia política, mis suegros, mi marido, mis cuñados, estamos en un piso, cerrado, que también es algo que no me gusta tanto, porque en Brasil estaba acostumbrada a casa, a la piscina, y el calorcito… aquí la calefacción”.
Recuerda Marlizet, que en Brasil la juerga no finalizaba, dice, “aquí dan las doce de la noche y se acaba todo. En Brasil, la gente empieza la fiesta el día 20, se escucha la música, entonces es música y música, empieza el veinte y se acaba el 2 o 3 de enero”.
“Aquí en España se celebra el día de los Reyes Magos, hace doce años, cuando llegué a España, lo más importantes eran los Reyes. Ahora no sé si sigue igual. Los brasileros, dan los regalos el día de Navidad, del 24 para el 25, los regalos alrededor del árbol de navidad, allí nos encontramos todos. Papa Noel deja los regalos de los niños debajo de la cama, para darles ilusión”.
Otro tema es la ropa. “La gente le encanta vestir con colores. En la navidad vestir con el verde, el rojo. En la Nochevieja es típico vestirse de blanco o de amarillo, para llamar el dinero, de rojo para llamar al amor, el verde para la esperanza, una ropa íntima nueva. De acuerdo con lo que la gente más desea, la paz, la salud, el amor…”
En Brasil se comen las lentejas y el arroz, además, “el 31 comemos el cerdo, en Nochevieja no comemos nada de aves”, según cuenta Marlizet de aves nada porque “ellas rebuscan la comida y se mueven hacia atrás, mientras que el cerdo avanza hacia adelante, entonces comemos cerdo que siempre va hacia adelante”.
Carmen Sanchis