Seguro que lo lógico es hablar de la vergüenza del mundial de Qatar por los derechos humanos pisoteados. Por la corrupción demostrada para ser elegida sede.
Se demuestra la fuerza de lo emocional y de la pasión. Acabo de oír a una aficionada argentina que los franceses no necesitaban esta alegría y ellos sí.
He recordado algunos días de mundial la película Invictus donde representaba la importancia que dio Nelson Mandela a ganar el mundial de rugby para unir Sudáfrica.
En esa historia de Sudáfrica donde mucha gente no entendía el perdón se demostró que trajo lo mejor. Cuando se han rememorado los rencores y las venganzas ha muerto mucha gente sin sentido.
El fútbol no deja de ser un opio para el pueblo. Pero también puede transmitir unión a un país y motivación e ilusión.
La magia de la épica deportiva es mejor que la de las batallas. Yo prefiero otros héroes, médicos, arquitectos, científicos, profesores, educadores, agricultores,…
Me parece escandaloso el dinero que cobra un Cristiano o un Messi y los ridículos ejemplos que dan muchas veces. No podemos juzgar a todo un pueblo argentino. Es un evento cultural que se debe aprovechar para dar pasos en la justicia social.
Desde luego en Qatar tienen que cambiar los derechos de las mujeres. Habrá que aprovechar esta visibilidad para abrir mentes. El escándalo de muertes en Irán por protestar debe avergonzar al mundo árabe que también tiene valores buenos.
Otro hecho importante ha sido la progresión de Marruecos como representante de África. Yo he visto la ilusión que tenían muchos y como les daba alas.
También hay lecciones para la humildad y el espíritu de lucha y equipo. No vale con nombres o ser favoritos.
Educativamente podemos analizar cómo se gana y cómo se pierde. No me puedo imaginar que hubiera perdido Argentina según fue el partido.
Seguro que habrá muchos que nos tachen de paletos por seguir el fútbol y disfrutar de la emoción de un partido. Pero ya decía Milani que la verdadera cultura era la que perteneciendo a la masa dominaba la palabra.
Encumbrar a Messi tan exagaradamente como a Maradona es algo irracional pero inevitable en Argentina. Como jugadores de fútbol han sido unos artistas.
Por lo tanto toca respetar también el talento deportivo como puede ser el musical.