Posada como un pájaro en la rama
plateada de mi espíritu elevado
al fondo de mi alma en su hondura
tu peso yo lo siento en mi tacto.
Te mueves sin perderte en la noche
oscura del encuentro aguardado
secreto a la sombra derramada
cayendo de tu cielo a mi cabello.
El viento con su soplo nos bendice
dejando a su paso su estrella
ahí junto a la piedra donde poso
mi espera que ignoras con cuidado.
El coro de las cosas de la tierra
su canto lo atempera en tus labios.