Después de un puente de constitución y Purísima. La religión católica considera sin pecado a la Virgen, debe ser la única. Sigue siendo fiesta en una sociedad laica.
Leyendo “ La vida contada por un sapiens a un neandertal” considero las múltiples incoherencias de nuestra vida diaria. Supongo que es fácil ser felices sin guerra, ni necesidades primarias, y aún así pocos lo manifiestan. ¿ Siempre queremos más ?.
¿ Para qué?. Ayer lloraba Cristiano Ronaldo al perder el mundial y ser suplente. Muchos dicen pobrecito. Se olvidan de sus múltiples millones por correr detrás de un balón.
Yo veo partidos del mundial y me emociono con uno u otro equipo. Espero el partido simbólico de Francia contra Marruecos. Simbólicamente me gusta ver ganar a África pero si profundizamos en la historia hay muchos colonizadores.
Personalmente nos dirigimos hacia la vejez. Encontrar el sentido a la vida mientras se pierden facultades y no se ven claras las nuevas que las sustituyen.
Veo la diferencia de ilusión poniendo el árbol de Navidad cuando mis hijas eran pequeñas y cuando ahora ya ni colaboro al ponerlo.
Este mundo de brillantina ofende y confunde. Somos cómplices de las mayores desigualdades y nuestros granitos de arena no llegan a pedacitos de coherencia.
Supongo que todos buscamos una paz interior que para algunos parece más fácil. Seguimos hipócritas de la educación. Critico el sistema educativo pero lucho para qué mis hijas acaben la mejor universidad y la mejor carrera. La excusa es que desde arriba se lucha mejor por la justicia social cuando en realidad las revoluciones siempre se han hecho desde abajo. Pero no parece aceptable que el precio lo paguen tus hijas.
Buscando ese equilibrio me sorprenden los convencidos de sus maravillosas ideologías y acciones. Qué lenguaje tan casposo el de los buenistas hiperclarividentes.
Siguen convencidos de sus exámenes, seguimos a vueltas con la ebau y la cultura de un esfuerzo sin sentido. Es difícil creer en la transformación de la sociedad desde esta escuela. Cerrada a la realidad mayoritaria. Volvemos a caer en hormigueros en los que cada uno asumimos un rol para el bien del grupo , no llegamos ni a colmena.
Como individuos vamos hacia la vejez, como sociedad al castigo del planeta. Me parecen políticas superficiales enmarcadas hacia los bienes materiales de la tribu gobernante a la que estamos sometidos.
Por eso queda la esperanza de pequeños pesebres dónde se compartan oportunidades.