Te escribo porque veo que el lector
aquí en esta noche de la vida
oscura en su volumen infinito
su gracia me concede para hablarte.
Distante como el ciervo vulnerado
allá en la poesía no sabida
impresa en el recuerdo de una rosa
su lágrima tu ojo la esparce.
El viento con su silbo en tu cuello
serena en la terraza de mi vista
lastima tu sentido descubierto.
Tu planto con mi verso lo recojo
callado en el secreto que termina
haciendo del lector tu compañero.
torres_rechy@hotmail.com