En España, el éxodo rural se produjo más tardíamente que en los países europeos más avanzados y ello sigue marcando hoy en día el imaginario español en esta materia. La imagen negativa de la vida en los pueblos, proyectada por los habitantes de estos y las respectivas diásporas, sin embargo, se contradice con la realidad de que el nivel de vida no es muy diferente que el que se observa en las ciudades, o que este indicador (renta por habitante o por hogar) tiene menos dispersión en los territorios rurales que en los urbanos. Algo que también sucede, incluso más marcado, en los países europeos avanzados.
Foto: Ragama (Salamanca) Santiago Bayon Vera