Colabora con dos cuadros: ‘El Salvador, la Virgen, Santa Teresa y la Magdalena’ y ‘Santa Teresa de Jesús, escritora mística’
La Fundación Casa de Alba colabora también con la exposición ‘Teresa de Jesús: Mujer, Santa, Doctora’ con la cesión de dos cuadros. Por un lado ‘El Salvador, La Virgen, Santa Teresa y la Magdalena’, un óleo sobre lienzo que se ubica normalmente en el Palacio de Monterrey. Por otro, ‘Santa Teresa de Jesús, escritora mística’, un óleo sobre lienzo que se ubica en La Dehesa de Castronuevo.
Muestra un tema complejo escasamente representado en el corpus de la iconografía teresiana. Tomó como fuente la temprana hagiografía de Teresa de Jesús escrita por fray Diego de Yepes: “solo diré algunas [mercedes] de las que no están escritas en su libro. La primera es cómo un día de la Magdalena, tuviese la Madre como una envidia sana de lo mucho que el Señor la había amado, le dijo: a esta tuve por amiga mientras estuve en la tierra, a ti te tengo ahora que estoy en el cielo” (Diego de Yepes, 1606, p. 144). Su mención también fue incluida en el rótulo de las preguntas que se realizaron a los testigos en el Proceso remisorial in specie de los años 1609 y 1610 (Silverio de Santa Teresa, 1935, t. III, p. LVIII).
La composición triangular ordena los personajes de una manera equilibrada: el Espíritu Santo en forma de paloma sobre Cristo y la Virgen; María Magdalena y Teresa de Jesús en la parte inferior. Cristo presenta un gesto ecuánime, abriendo sus brazos hacia las dos santas. María Magdalena aparece representada según una de sus iconografías clásicas: mujer bella de rasgos delicados y largos cabellos, mostrando a sus pies un frasco de perfumes. Teresa aparece igualmente arrodillada, llevándose los dos brazos al pecho. Depositados a sus pies, un libro abierto y unos lirios. Un detalle interesante es la figura de la Virgen, ensimismada en la lectura de un libro, presumiblemente uno de los escritos de Teresa.
Fernando Álvarez de Sotomayor y Zaragoza -pintor, profesor y director del Museo del Prado en los periodos de 1922-1931 y 1939-1960- realizó una nueva interpretación del tipo iconográfico de Santa Teresa como escritora. Es una obra que formalmente se enmarca dentro de una concepción clásica figurativa; una obra académica y realista, sin artificios. Presenta la pincelada empastada y suelta característica del estilo del pintor, con un celaje trabajado y un tratamiento de la luz lleno de matices.
Se trata de una adaptación de la imagen más reconocible de Santa Teresa, tan consolidada que admitía escasas novedades. Santa Teresa aparece en su faceta de escritora inspirada por el Espíritu Santo y por su amor a Cristo, representados a través de una paloma y del crucifijo que Teresa sostiene con su mano izquierda. A diferencia del tratamiento de este tipo iconográfico en los siglos XVII y XVIII, el Espíritu Santo se representa junto al oído de la escritora, que parece escuchar atentamente su dictado. Resulta interesante que la figura de Santa Teresa no se encuentre en una celda conventual sino al aire libre, en un entorno natural en cuyo fondo se aprecia una representación de la ciudad de Ávila.
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