Cuarenta años, en el existir de cualquier ser humano, constituyen el corazón de la vida. Cuarenta años cumple este 2022 a punto de terminar nuestro primer libro: el poemario titulado El tiempo que nos teje, que se publicara en la colección Provincia de poesía, editada por la Institución Fray Bernardino de Sahagún (hoy, Instituto Leonés de Cultura), de la Diputación de León.
Era una colección hermosa (que aún sigue en pie, pero ya de modo más lánguido), fundada por Antonio Gamoneda. Y en la que publicaron algunos de sus libros significativos el propio Gamoneda, Antonio Colinas (Sepulcro en Tarquinia, acaso su obra maestra), Juan Gil-Albert, Carlos Sahagún, Juan Luis Panero, Luis Antonio de Villena, Julio Llamazares y otros varios poetas significativos en nuestro panorama poético contemporáneo.
Y, en la colección Provincia, apareció mi primer libro, El tiempo que nos teje, como número 62 de dicha colección y en cuyo colofón aparece la fecha de impresión de 1 de diciembre de 1982.
Desde aquella entrega poética inicial, mi poesía se ha ido creando y publicando a lo largo de la dilatada temporalidad de cuarenta años, en los que he publicado once libros de poemas (dejo aparte mi obra literaria en prosa, así como toda mi obra de investigación etnográfica y de otros tipos) hasta el momento. Y se encuentra en proceso de edición el duodécimo, que llevará el título de Ritual de la inocencia, que aparecerá, Dios mediante, en la próxima primavera.
El tiempo que nos teje es un libro de poemas breves, marcados por lo que me gusta llamar el arte de la sugerencia. La inspiración de los mismos surge, aparte de la expresión de mi mundo propio (sin expresión del mundo propio, no hay poesía verdadera), de una lectura minuciosa que realizara, en mis tiempos universitarios salmantinos, de poetas griegos arcaicos, recogidos en una antología, bilingüe, que tradujera al castellano Juan Ferraté.
Descubrí, en aquellos poetas, al tiempo que un sustrato del mundo clásico, que llevé hasta mis poemas, un modo de decir, breve, esencial, sugerente y sugestivo, que me resultaba muy moderno.
El libro ha ido teniendo su fortuna. Apareció en diciembre de 1982. Y, en un suplemento literario y artístico de ‘El País’, de enero del 83, fue reseñado en un breve comentario, sorprendente y certero. Después, algunos de sus poemas fueron incluidos en la antología Orfeo XXI. Poesía española contemporánea y tradición clásica (2005), realizada por los profesores Pedro Conde Parrado y Javier García Rodríguez.
Y dos de sus poemas aparecen incluidos nada menos que en el estudio introductorio de la edición de la Odisea, de Homero, de la mítica Editorial Gredos.
Ya cuarenta años de El tiempo que nos teje (1982), nuestro primer poemario. Tiempo en el que se halla el corazón de nuestra vida. La poesía ha sido uno de los dones que nos ha acompañado. Y una de las llamas que nos ha humanizado, casi desde niño, y que lo sigue haciendo.
De ahí que –al modo como lo hiciera la cantante chilena Violeta Parra– hayamos de dar siempre gracias a la vida.