Campo de Peñaranda y Cantaracillo han apostado por ofrecer en alquiler los bares de espacios municipales, ofreciendo condiciones ventajosas
Que el medio rural pasa por momentos de especial incertidumbre y no poco sufrimiento ante la sangria poblacional que están viviendo es una realidad que hoy ya es mas que patente, suponiendo un nuevo escenario y un reto para nada despreciable para los Ayuntamientos, quienes se afanan en redoblar esfuerzos por ofrecer mas y mejores servicios, con el fin de tratar de captar vecinos y llenar de vida sus calles.
Precisamente si hay un lugar en el que la vida fluye con total normalidad y con la naturalidad de las calles son sus bares, establecimientos que se situan como grandes supervivientes de la situaciòn y que, especialmente ahora, con la subida de los costes, se estan viendo obligados a echar el cierre ante la falta de clientes y el sobrecoste de sus recibos.
Una situacion “dramatica” que ha obligado a tomar cartas en el asunto a diferentes municipios de Las Villas y Peñaranda, tratando de ofrecer un aliciente para que los establecimientos puedan volver a la vida.
Ejemplo de esto lo hemos encontrado en el Campo de Peñaranda, localidad en la que a finales del mes de septiembre vivía el cierre del ultimo bar que se mantenía activo. Una situación que llevaba al Consistorio a tomar medidas y sacar a concurso público la explotación del bar de su Centro Multifuncional, con unas condiciones muy llamativas y económicas, ya que se ofrece el establecimiento con un pago anual adaptado y rebajado, algo que ha supuesto una verdadera oportunidad, ya que se han invertido mas de 20.000 euros en la reforma y renovación del espacio, ofreciendo un local moderno y muy llamativo.
Una oferta “golosa” que ha contado con la puja de dos candidatos, entre los que se ha elegido a los nuevos responsables de este negocio, que en subasta pública se han hecho con el negocio por un precio de 3050 euros al año y espera abrir sus puertas en las próximas semanas.
Otro de los municipios que apuesta desde su Ayuntamiento por “salvar el bar” es Cantaracillo, en la comarca de Peñaranda, cuyo Ayuntamiento ha sacado a licitación el bar municipal, tras el cierre de su ultimo establecimiento. Una subasta, que cuenta con un precio mínimo de 30 euros mas iva al mes, fijandose un contrato de 2 años prorrogables, estando activa la propuesta hasta mediados del mes de noviembre y con toda la información detallada a través del mismo Consistorio.
Estos son tan solo dos ejemplos de la nueva realidad que viven los pueblos y que hoy, con sus alcaldes y Corporaciones a la cabeza, buscan ofrecer la subsistencia de unos negocios que simbolizan la vida, la esencia y el encuentro de vecinos y visitantes.