La sombra de un ataque nuclear no ha dejado de planear, desde que Putin decidió invadir Ucrania hace ya diez meses. Y, cuanto más difícil se le pone ganar la guerra, más riesgo hay de que utilice el arma nuclear.
Desde la conocida como “crisis de los misiles” que alcanzó su punto más álgido un 27 de octubre de 1962, hace 60 años, el mundo no había vuelto a estar al borde del abismo en el mismo grado en el que estuvo entonces y lo está ahora. Entonces se estuvo cerca de una guerra nuclear, por primera vez, que, aunque se iniciara en las Antillas, afectaría seguidamente a Europa y se convertiría en la Tercera Guerra Mundial. En aquellos momentos, como ahora, el principal protagonista es Rusia y el temor se cierne sobre el continente europeo, siendo la escusa la guerra desatada tras la invasión de Ucrania.
Vladimir Putin ha afirmado en el think thank Club Valdai, celebrado en las afueras de Moscú, que utilizar armamento nuclear contra Ucrania carece de sentido, tanto político como militar. Aunque también ha admitido que siempre que existan armas nucleares habrá peligro de su uso, algo evidente y una perogrullada, pero que lleva implícito la no renuncia a utilizarlas. El dirigente ruso consideró al contexto mundial actual como "un punto de inflexión histórico" y, por si quedaba alguna duda, calificó el próximo decenio como el "más peligroso e impredecible" desde la Segunda Guerra Mundial. Conclusión, mientras continúe Putin al frente de Rusia la amenaza nuclear permanece.
La excusa para el inicio de un ataque nuclear por parte de Rusia sería la supuesta amenaza a la integridad territorial de Rusia, como el mismo Putin manifestó en su discurso al pueblo ruso el 21 de septiembre de 2022. Y esa retórica de sentirse agredido es fácil de ser utilizada para justificar una acción nuclear de consecuencias incalculables. Es preciso que Occidente tome en serio las amenazas de Putin, todo parece indicar que es capaz de cualquier cosa.
El escenario de una guerra nuclear puede ser global o limitado a operaciones tácticas sobre el terreno, vinculadas a objetivos concretos seleccionados. El riesgo de un ataque nuclear táctico por parte de Putin es más que probable, a pesar de que Estados Unidos ya haya advertido a Moscú de “consecuencias catastróficas”. Pero el presidente ruso se siente prepotente al ir por delante de la OTAN en misiles supersónicos.
La guerra que inició con la invasión de Ucrania no le ha ido especialmente bien a Putin. Se encontró con más resistencia de la esperada. No pudo derribar o controlar el gobierno ucraniano y el ejército ruso también ha fracasado, viéndose obligado a movilizar a civiles. Pero Putin seguirá alimentando el conflicto mientras esté ahí, enviando señales preocupantes en forma de pretexto o acusaciones para utilizar armas nucleares. En el mismo grado en que aumente la desesperación de Putin aumentará el riesgo de un ataque nuclear.
Solo un cambio en el contexto político del Kremlin puede reducir el riesgo bélico nuclear. Mientras dure la guerra habrá riesgo y esta no se terminará hasta que caiga el régimen del actual presidente ruso. Afortunadamente, cada vez hay más rusos escépticos o en contra de la guerra y el ambiente político está cambiando en Moscú. Aun cuando Putin decidiera usar armas nucleares tácticas, alguno de sus líderes militares podría no hacer uso de ellas, debido a la poca ventaja que ofrecen en el campo de batalla, según los expertos. Por el contrario, el impacto psicológico que originaría en la opinión pública, se volvería contra Putin, incrementando la condena internacional de su invasión y un mayor apoyo al pueblo de Ucrania.
La guerra en Ucrania ha dado un giro importante, llegando a un punto poco previsto e imprevisible en sus consecuencias. Lo primero porque no se esperaba un repliegue ruso debido a un avance ucraniano y, lo segundo, porque nadie sabe qué hay en la mente de Putin y lo que es capaz de hacer. Rusia ha abandonado territorios ocupados tan importantes como Jersón, ¿por qué motivo? Se podría pensar en una retirada limpia, camino de una desescalada de la guerra, pero están dejando los campos llenos de minas. También podría tratarse de una maniobra perversa, permitiendo el avance del ejército ucraniano para luego usar el arma nuclear contra sus tropas. Lamentablemente, todo es posible ante una hipotética desesperación de este personaje, Putin, que tiene demasiados botones peligrosos a su alcance. A pesar de la baja probabilidad actual, no se puede descartar el uso del arma nuclear en el pensamiento y su estrategia bélica.
En el siglo XX surgió y desapareció la Guerra Fría, pero la amenaza nuclear que se puso de manifiesto no desapareció, a pesar de que, las dos superpotencias enfrentadas de entonces: Estados Unidos y la URSS, fruto de los acuerdos de desarme, redujeron los arsenales bélicos y los misiles con carga nuclear en más de 60.000 unidades, dejándolos casi a un tercio, respecto del momento más álgido de la carrera armamentística. El rearme y la actual guerra en Ucrania, ha traído nuevamente el fantasma del peligro que representa, para la humanidad, la existencia de un armamento nuclear, capaz de destruir varias veces el planeta entero y que, con frecuencia, está en manos de personas que por su situación se creen los dueños del mundo. Habrá que hacerles ver que no es así, que los dueños de este mundo somos todos y que queremos vivir en paz.
Veamos qué hacer ante una alerta nuclear:
https://www.youtube.com/watch?v=FE8d5GPLP9M
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© Francisco Aguadero Fernández, 11 de noviembre de 2022