Tan solo el 13% de los niños españoles come verduras a diario, situándose a la cola de Europa, según el estudio realizado por la OMS
España es el tercer país europeo con mayor prevalencia de sobrepeso y el cuarto en obesidad, según los datos de un informe de la Organización Mundial de la Salud (OMS) publicados este martes.
La investigación, realizada por la Iniciativa de Vigilancia de la Obesidad Infantil (COSI, por sus siglas en inglés) y presentada este martes en una jornada 'on line', abarca a 33 países de la Región Europea de la OMS, con un total de 411.000 niños de 6 a 9 años analizados entre 2018 y 2020, es decir, antes de la pandemia de COVID-19.
En este sentido, el informe alerta de que existe "una gran preocupación" de que la pandemia pueda "haber exacerbado aún más este problema". "La pandemia, junto con los cierres de escuelas y otras medidas, puede haber aumentado los hábitos alimentarios poco saludables y disminuido los niveles de actividad física", apunta el texto.
España se encuentra muy por encima de la media europea, de acuerdo con los resultados de este informe. El 39 por ciento de los niños españoles de 7 a 9 años tenía sobrepeso y el 16 por ciento obesidad antes de la pandemia de COVID-19, frente al 29 por ciento de niños europeos con sobrepeso y el 12 por ciento con obesidad.
El informe advierte de que tanto el sobrepeso como la obesidad tienden a ser más comunes en los niños que en las niñas y a aumentar con la edad. En España, el 18 por ciento de los niños y el 14 por ciento de las niñas tenía obesidad, mientras que el 38 por ciento de los chicos y el 39 por ciento de las chicas tenía sobrepeso.
En toda Europa, la prevalencia del sobrepeso era mayor entre los niños (31%) que entre las niñas (28%). En cuanto a la obesidad, la prevalencia en niños fue del 14 por ciento, comparado con el 10 por ciento en las niñas.
La mayor prevalencia de sobrepeso, incluida la obesidad, se ha registrado en Chipre, Grecia, Italia y España. Mientras tanto, fue más baja en Tayikistán, Kirguistán y Turkmenistán. En concreto, la prevalencia de sobrepeso infantil oscila entre el 6 por ciento de Tayikistán y el 43 por ciento de Chipre. Por sexos, las diferencias entre países también son grandes: en niños, la prevalencia oscila entre el 7 y el 48 por ciento; en niñas, entre el 5 y el 40 por ciento.
Estos resultados están en consonancia con la ronda anterior del estudio, realizada entre 2015 y 2017, que reveló que los niños del norte de Europa eran los más altos, los del sur de Europa tenían el peso más elevado y los niños que vivían en Asia Central tenían el peso más bajo y eran los más bajos de estatura.
Según el estudio, el 43 por ciento de los niños europeos consume fruta fresca a diario. La proporción es mayor en Portugal, Irlanda y Dinamarca (alrededor del 60%), y menor en Georgia y Letonia (alrededor del 25%).
España sale nuevamente mal parada en esta categoría, situándose como el sexto peor país europeo, pues solo el 37 por ciento de los niños come fruta a diario. Nuestro país solo es superado por Grecia, Lituania, Croacia, Letonia y Georgia.
Pero el dato sobre consumo de verduras a diario es aún peor para España, ya que es el país europeo en el que menos niños ingieren este alimento todos los días: solo el 13 por ciento. Este dato contrasta con la media europea del 34 por ciento. El porcentaje de niños que come verduras a diario varía mucho entre el 57 por ciento de Dinamarca y el 13 por ciento de nuestro país.
Según la encuesta, el 22 por ciento de los niños europeos consume refrescos más de 3 días a la semana, nuevamente con una gran diferencia entre países: desde el 2 por ciento en Grecia hasta el 41 por ciento en Chequia. España sí destaca en este apartado, pues es el tercer país europeo con menor consumo de refrescos: solo el 4 por ciento de los niños españoles beben estas bebidas más de 3 veces por semana.
En cuanto al almuerzo, el 75 por ciento de los niños europeos desayuna todos los días, con España en la mitad de la lista: 68 por ciento. Los niveles de desayuno diario varían desde el 94 por ciento en Portugal y Dinamarca hasta sólo el 44 por ciento en Armenia y el 49 por ciento en Grecia.
En cuanto a la actividad física, el informe destaca que solo el 41 por ciento de los niños europeos se desplazan a la escuela de forma activa, es decir, a pie, en bicicleta, en patinete no motorizado o en patines. España está por encima de la media, con un 49 por ciento.
España también está mejor que la mayoría de países europeos en deporte. El 67 por ciento de los niños españoles pasó al menos 2 horas por semana haciendo deporte o bailando (53% media europea).
Sin embargo, España no ocupa un buen lugar en el ránking en cuanto al porcentaje de niños que pasan al menos 1 hora al día realizando juegos activos o vigorosos: solo el 75 por ciento (cuarto peor país europeo), en comparación con la media del 87 por ciento.
Por último, España sí está mejor que la mayoría de países europeos en el porcentaje de niños que pasa al menos 2 horas al día viendo la televisión o utilizando dispositivos electrónicos: solo el 27 por ciento frente al 43 por ciento de la media europea.
En la presentación de la encuesta ha participado Marta García-Solano, jefa de Área de la Vocalía Asesora para la Estrategia NAOS y secretaria del Observatorio de la Nutrición y de Estudio de la Obesidad de la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN).
La experta española, que ha sido una de las líderes del estudio a nivel europeo y la máxima responsable en España, ha abordado algunos de los problemas de España para atajar la obesidad infantil, como la desorganización de las competencias.
"Las medidas en las políticas nacionales y locales solían estar muy fragmentadas. Una de las dificultades a las que nos enfrentamos en España es la dispersión de competencias en materia de obesidad y enfermedades crónicas, al menos en los sectores de la sanidad, la agricultura, la industria, la educación y las finanzas, y la dificultad de alinear todos estos aspectos a través de unos ciclos políticos muy cortos de cuatro años", ha explicado.
Para atajar este problema, García-Solano ha resaltado que "en primer lugar es necesario un fuerte compromiso político a nivel de país". "Eso significa integrar los ministerios competentes, que pueden incluir Consumo, Sanidad, Agricultura, Industria, Comercio, Economía o Educación", ha detallado.
Para la experta, "lo ideal es un compromiso único, que dedique el tiempo y los recursos suficientes para diseñar, conducir, evaluar y difundir una estrategia de alto nivel con un enfoque positivo".
Asimismo, ha reclamado un "compromiso decidido" de la Comisión Europea. "A veces hay una falta de orientación o una orientación muy lenta por parte de la Comisión Europea", ha lamentado.