Los gastos se han cuadrado por la misma cantidad y el obispo muestra su preocupación por la "edad alta del clero", porque "no hay relevo generacional"
"No se llega a todo, solo en reparaciones los gastos no tendrían fin". Es la afirmación del obispo de Salamanca, José Luis Retana, que esta mañana presentaba la memoria económica de la Diócesis de Salamanca correspondiente al año 2021. Así, los ingresos han sido de 9.963.709 euros y los gastos se han cuadrado por la misma cantidad.
En relación con el origen de esos 9,9 millones de euros, destacan los 2,7 millones procedentes de la asignación tributaria y los 3 millones procedentes de patrimonio y otras actividades, mientras que las aportaciones de los fieles han sumado 1,6 millones de euros. En cuanto a los gastos de la Diócesis, las principales partidas son 2,9 millones de euros para las retribuciones del personal seglar, 2,8 para la conservación de edificios, así como los gastos de funcionamiento y 1,2 para las retribuciones del clero.
Como resumen, Retana manifestaba que "tenemos salud, la Diócesis está bien, pero no es un sobresaliente, es un bien alto. Lo importante es rentabilizar lo que tenemos.
Por su parte, Amelia Egido, ecónoma de la Diócesis de Salamanca, avanzaba que este 2022 "será complicado, los gastos se van a disparar y bajarán los ingresos, como por ejemplo las aportaciones de las familias".
Finalmente, al margen de lo económico, el obispo mostraba su preocupación por la "edad alta del clero", ya que, en su opinión, es "un problema, solo tenemos un seminarista y no hay relevo generacional".
Fotos de David Sañudo